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lunes, 19 de noviembre de 2012

¿Una licencia para fumar?


El consumo de tabaco continúa matando a millones de personas en todo el mundo cada año, y su uso está aumentando en algunos países. Esto obliga a buscar nuevas, creativas y radicales  medidas de prevención y control. Un nuevo artículo recientemente publicado por Simon Chapman (director de la Action on Smoking and Health de Australia)  en la revista Plos Medicine ha abierto el debate de lo que se puede hacer para hacer frente a esta epidemia.
Estas son las propuestas de Simon Chapman:
·         Toda persona mayor de 18 años que quiera fumar debería pagar una licencia anual para hacerlo (tarjeta inteligente para limitar la compra). La cuantía económica de la licencia dependería de los cigarrillos que se quiera fumar cada día, con un tope máximo de consumo.
·         Al comprar cigarrillos se debería presentar la licencia y si se han superado los límites no se les podría vender más.
·         Si se decide  dejar de fumar se devuelve lo pagado con intereses.
·         Los que cumplan 18 años, y quieran fumar, deberían obtener una licencia pasando un examen sobre las consecuencias en la salud de fumar.
Simon Chpaman desarrolla en su artículo una estrategia muy detallada y estudiada de como implementar la medida (justificación, tecnología  a usar, costes, renovación de la licencia, pros y contras, incentivos, potenciales objeciones,  y otros).
En las conclusiones destaca que los países que están implementado medidas eficaces de prevención y control del tabaquismo tienen cifras de prevalencia iguales o inferiores al 20%, y se prevé que en el medio plazo lleguen al 10%. Actualmente está empezando el debate de como llegar al punto final de esta epidemia mundial. Países como Nueva Zelanda han anunciado que su meta es estar libres del tabaco para el año 2025. En los últimos 30 años muchos países han aplicado leyes de prevención y control (prohibición de la publicidad, advertencias sanitarias, espacios públicos libres del humo del tabaco y otras) que previamente parecían inimaginables. Por otra parte la percepción social del problema hace que en países como Inglaterra el 45% de la población y un tercio de los fumadores apoyan una prohibición total de la venta de tabaco.

En la misma revista Jeff Collin de la Universidad de Edimburgo argumenta contra la licencia para fumar. Según Collin es absurdo históricamente que un producto tan peligroso sea tan fácilmente accesible. Aunque da la bienvenida a las estrategias de punto y final del problema del tabaquismo, considera que hay temas éticos a considerar, y ve problemas en su implementación. Considera que hay otras formas menos crudas de afrontar el problema que no sea haciendo un registro de adictos. Además, opina Collin, la propuesta puede desviar el foco de atención sobre el vector real de la epidemia  (la industria del tabaco) ya que si se focaliza en los individuos podríamos censurar a las víctimas, incrementar la estigmatización de los fumadores y marginar a los pobres.
 
 
Y tú ¿que opinas?

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