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lunes, 11 de febrero de 2013

Tabaco y salud mental

“El tabaquismo es una causa principal de enfermedad, discapacidad y muerte en nuestro país. Pese a que el porcentaje de fumadores parece estar declinando, más personas con enfermedad mental fuman que personas sin enfermedad mental. Debido a que muchas personas con enfermedad mental fuman, muchos de ellos enferman y mueren prematuramente. Así comienza la información de los CDC sobre tabaco y salud mental dada a conocer recientemente.
 
Los CDC basan su información en el  artículo del Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR) que ha analizado la prevalencia del tabaquismo en USA (2009-2011) entre personas con enfermedad mental. La prevalencia de enfermedad mental fue del 20% de los adultos mayores de 18 años, entre los cuales el 36,1% eran fumadores en comparación con el 21,4% de fumadores en personas sin enfermedad mental. En el caso de los pacientes esquizofrénicos, por ejemplo, la prevalencia puede llegar hasta más de un 80% de fumadores, fumando ,además, mas cantidad de cigarrillos y en ocasiones de forma compulsiva.Concluyen que la prevalencia de tabaquismo es elevada entre los adultos con enfermedad mental, sobre todo en adultos jóvenes, aquellos con bajos niveles de educación, y los que viven por debajo del umbral de la pobreza. La nicotina afecta al estado de ánimo y hace que las personas con enfermedades mentales tengan más riesgo de consumo y adicción. Por otra parte en las personas con enfermedades mentales son más frecuentes las condiciones de vida estresantes y los problemas de acceso al sistema sanitario, por lo que el dejar de fumar supone todo un reto.

 
En el documento de los CDC se nos recuerda que dejar de fumar tiene beneficios inmediatos en la salud para todos, tengas o  no una enfermedad mental. Al igual que otros fumadores, los fumadores con enfermedad mental están interesados ​​en dejar de fumar, son capaces de dejar de fumar, y se les debe proporcionar la oportunidad de dejar de fumar y el acceso a los tratamientos. Con un control cuidadoso, dejar de fumar no interfiere con los tratamientos para la enfermedad mental y pueden ser parte del tratamiento. Finalmente las personas con enfermedad mental deben afrontar el reto de dejar de fumar y se deberían beneficiar de una ayuda adicional, con más asesoramiento y un uso  prolongado o combinado de medicamentos para dejar de fumar.
Las implicaciones para la Salud Pública y la práctica clínica son que se necesita una mayor conciencia sobre la alta prevalencia de tabaquismo entre las personas con enfermedad mental, y que debemos mejorar los esfuerzos para reducir el tabaquismo en esta población. Las estrategias de prevención del tabaquismo deben extenderse a las personas con enfermedades mentales, incluyendo políticas de espacios libres del humo del tabaco en los establecimientos psiquiátricos. La Atención Primaria y los servicios de Salud Mental deben preguntar a los pacientes con enfermedad mental por el consumo de tabaco y ofrecer tratamientos para dejar de fumar. Dado que las personas con enfermedad mental tienen más riesgo de comportamientos no saludables y peor salud, el abandono del tabaco tendrá beneficios sustanciales, incluyendo una reducción de la morbilidad y de la mortalidad atribuida al consumo de tabaco.

Es necesario que desde Atencion Primaria intervengamos sobre nuestros pacientes fumadores con enfermedad mental , aconsejándoles y ayudándoles a que dejen el tabaco. Puede ser conveniente una coordinación con los servicios de salud mental para una mejor atención, o una derivación a una unidad especializada para dejar de fumar cuando esté indicado.


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