La Deficiencia, la
Discapacidad o la Minusvalía no son obstáculos insuperables para la Actividad
Física, al contrario, es cuando es más necesaria. La sensibilidad social ante
los problemas de discapacidad es un signo de madurez de una sociedad.
La enfermedad de Parkinson
es una enfermedad neurodegenerativa donde las víctimas tienen que lidiar con
síntomas motores y no motores. Estos últimos incluyen la depresión, la apatía, insomnio
y estreñimiento. La calidad de vida puede verse seriamente afectada, por lo que
existe un gran interés en el desarrollo de intervenciones eficaces para tratar
los síntomas del Parkinson. Recientemente se ha publicado un artículo en el Brithis Medical Journal BMJ sobre la promoción de
la actividad y condición física en los pacientes sedentarios con enfermedad de
Parkinson. Muchos pacientes con enfermedad de Parkinson adoptan un estilo de
vida sedentario debido a sus dificultades motoras. Los pacientes con enfermedad
de Parkinson podrían beneficiarse de la actividad física y el ejercicio, pero ¿cómo
se les puede motivar a cambiar su estilo de vida sedentario y aumentar su nivel
de actividad física? En el estudio publicado en el BMJ se ha evaluado un
programa llamado ParkFit dirigido a incrementar los niveles de Actividad Fisica
comparándolo con un programa de fisioterapia general. Se midieron además la condición
física, la calidad de vida y las caídas. El Programa ParkFit no consiguió
aumentar el monto de actividad fisca realizado por los pacientes, pero si aumentar
su condición física, sin aumentar las caídas y sin cambios en la calidad de
vida.
Los autores reflexionan sobre el hecho de que el cuestionario que se
utilizó para medir el nivel de actividad física podría haber minimizado las diferencias
entre los dos grupos estudiados. Por otra parte el programa ParkFit se caracterizaba por el abordaje completo
que se hizo para el cambio de conducta que incluía: fisioterapia y
entrenamiento en actividad física, información a los participantes acerca de
los beneficios del ejercicio, identificación de las barreras potenciales y los
medios para superarlas, el establecimiento de metas con un contrato de salud y
registro, el estímulo para hacer ejercicio en grupo, y el uso de un
sitio web accesible por el paciente y el entrenador.
Los autores concluyen que
los estudios que miden cambios de conducta son complejos y más en actividad física
ya que esta puede incluir deportes, así como actividades no deportivas, y puede
ser en el trabajo o en el ocio, en diferentes formatos (ciclismo, gimnasia o
fútbol), intensidades (leve, moderada o intensa) y duración. Las investigaciones futuras deberían
centrarse en instrumentos integrales, válidos y fiables para medir con
precisión todos estos aspectos del comportamiento en actividad física. Por otra parte tenemos que reflexionar sobre como promocionar la salud con el ejercicio y la actividad física según nos propone Alex Pérez en una reciente entrada de su blog el Piscolabis.
Se impone ser creativos e inovadores. Os invito a ver este
aleccionador vídeo de pacientes con Parkinson y ballet que fue publicado en la BBC news. Excelente iniciativa.
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