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jueves, 18 de abril de 2024

¿Sirve para algo comunicar al paciente cuál es su riesgo de enfermedad cardiovascular?

 

Sabemos que el conocimiento del riesgo cardiovascular ECV) puede mejorar los resultados de salud y desencadenar cambios de comportamiento en pacientes o médicos. El reciente metaanálisis Cardiovascular disease risk communication and prevention: a meta-analysis ha tenido como objetivo investigar cuál es el impacto de la comunicación del riesgo de enfermedades cardiovasculares (ECV) sobre el cambio en los factores de riesgo de ECV, las respuestas psicológicas y los cambios de comportamientos auto informados.

Los autores del metaanálisis han analizado la precisión de la percepción del riesgo. Otros resultados estudiados fueron los cambios informados por los médicos en el riesgo de ECV, las respuestas psicológicas, la intención de modificar el estilo de vida y los cambios auto informados en los factores de riesgo, y la  prescripción de medicamentos preventivos.

La precisión de la percepción del riesgo fue mayor entre los participantes de la intervención (odds ratio = 2,31). Se encontró una mejora estadísticamente significativa en las puntuaciones generales de riesgo de ECV entre los 6 y los 12 meses (diferencia de medias = −0,27). Para la prevención primaria, la comunicación de riesgos aumentó significativamente la modificación dietética auto informada (odds ratio = 1,50) sin aumento en la intención o cambios reales en el abandono del hábito de fumar o la actividad física. Se encontró un impacto significativo en la intención de los pacientes de iniciar medicación preventiva para la prevención primaria y secundaria, con cambios en el seguimiento para el grupo de prevención primaria.

Los autores concluyen que esta revisión sistemática reveló que la comunicación del riesgo de ECV tiene un impacto mixto en las intenciones y el cambio de comportamiento para diferentes factores de riesgo. Revelar y comunicar los niveles de riesgo cardiovascular a los pacientes en riesgo tiene un efecto favorable para mejorar la precisión y la conciencia del riesgo auto percibido y reduce la puntuación de riesgo general después de 6 a 12 meses de seguimiento, así como la presión arterial y los niveles de colesterol. Este efecto fue mayor en los adultos sin ECV establecida. Las intenciones de motivación y el cambio real en el tabaquismo o la actividad física no se vieron afectados significativamente por las comunicaciones sobre el riesgo de ECV entre personas con o sin enfermedad establecida. Sin embargo, el cambio real en la dieta fue significativo durante el seguimiento de los participantes en prevención primaria. La intención de los pacientes de iniciar la medicación o el cumplimiento continuo de la medicación mejoraron significativamente mediante la comunicación del riesgo de ECV en las intervenciones de prevención primaria y secundaria, con cambios reales informados en el grupo de prevención primaria. Por último, nos dicen que vale la pena concienciar a los pacientes de sus niveles de riesgo para lograr algún beneficio en la reducción del riesgo general, independientemente del factor de riesgo individual afectado.

 


Imagen tomada de  Cardiovascular disease risk communication and prevention: a meta-analysis | Oxford Academic (oup.com)

Unos resultados para analizar con detenimiento y reflexionar sobre ellos. Pese a comunicar el riesgo que corren, el metaanálisis sugiere que las personas prefieren depender de la farmacoterapia para reducir el riesgo cardiovascular que dedicarse a esfuerzos proactivos de establecimiento de objetivos, autorregulación y autocontrol para modificar comportamientos de estilo de vida más difíciles de lograr, como la actividad física y el abandono del consumo de tabaco de fumar.

Comunicar el riesgo cardiovascular puede hacer que los pacientes sean más conscientes del mismo, lo cual es importante, y bajar los niveles de riesgo de ECV, pero habría que cerrar la brecha entre el riesgo cardiovascular conocido y el cambio de comportamiento en el estilo de vida que sigue siendo un desafío.

Para los médicos, el cálculo de riesgo de ECV nos puede guiar para la prescripción de fármacos para reducirlo que es, en muchas ocasiones, lo más fácil.  Sin embargo, las decisiones de gestión para reducir el riesgo necesitarán adaptar un enfoque centrado en el paciente con una discusión equilibrada sobre los riesgos y beneficios de la farmacoterapia, el impacto en la calidad de vida, la carga física y financiera del tratamiento, las demandas de seguimiento y las preferencias personales. Todo un reto.

Paco Camarelles

 

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