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lunes, 15 de mayo de 2023

Tus elecciones alimentarias están conectadas con tu salud personal y la del planeta

 

La conexión entre la salud personal y la del planeta es motivo de reflexión en el reciente artículo de JAMA  Personal and Planetary Health—The Connection With Dietary Choices.

Hacer frente al cambio climático y a la mala alimentación mundial depende, en parte, de nuestras decisiones alimentarias. El aumento del consumo de proteína animal tiene efectos negativos bien establecidos en el medio ambiente, incluida la destrucción de los ecosistemas nativos para pastoreo de ganado y su alimentación, además de contribuir a las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación del medio ambiente.

La comisión de alimentación de Lancet ha establecido que la transformación hacia dietas sostenibles y saludables para 2050, requerirá una reducción superior al 50 % en el consumo mundial de carne roja y un aumento superior al 100 % en el consumo de frutos secos, frutas, verduras y legumbres. Esta reducción en la contribución significativa de la agricultura animal a las emisiones de gases de efecto invernadero es un paso importante para cumplir con los objetivos de limitar los aumentos de temperatura global.

Las elecciones alimentarias son el mayor impulsor de las enfermedades crónicas, y pocos pacientes cumplen con las recomendaciones de fibra dietética debido a una ingesta inadecuada de alimentos basados en plantas. Enfermedades crónicas como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la enfermedad renal crónica y el cáncer se han relacionado con este patrón alimentario en múltiples estudios. Los médicos nos hemos centrado, históricamente, en la salud del paciente y hemos relegado la salud planetaria a los ambientalistas y legisladores. Sin embargo, nuestro consejo alimentario puede ser valioso ya que su impacto ya no se limita solo a la salud personal de nuestros pacientes, sino que afecta ampliamente la salud del planeta (y de todos en él). El aumento del consumo de alimentos de origen vegetal aumentaría la salud personal y, al mismo tiempo, reduciría la escasez de alimentos en todo el mundo, la contaminación y el cambio climático, mejorando así la salud planetaria como consecuencia indirecta. Ver imagen


El articulo concluye con el mensaje de que los profesionales sanitarios tenemos la oportunidad única de influir positivamente en los pacientes, los familiares, la población en general y el planeta. No es probable que las partes interesadas de la agricultura industrial  animal y las industrias alimentarias o farmacéuticas recomienden cambios dietéticos saludables porque es posible que sus incentivos e intereses no sean los mismos que los nuestros. Actualmente, los mensajes sobre alimentación son confusos y se recomiendan múltiples patrones dietéticos opuestos con distintas dietas (cetogenica, vegana, vegetariana, flexitariana y mediterránea, por ejemplo). En última instancia, el mayor beneficio radica en los cambios graduales para aumentar el consumo de alimentos de origen vegetal sin procesar por razones de salud personal, con los beneficios simultáneos para la salud del planeta. Y los médicos pueden desempeñar un papel importante como defensores de dicho cambio.

El gran Julio Basulto ya se adelantó a la esencia de este articulo con su libro Más vegetales, menos animales. Una alimentación más saludable y sostenible

Paco Camarelles


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