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lunes, 24 de junio de 2019

¿Le ayudo a dejar de fumar o le pongo un plan de ejercicio?

¿Le ayudo a dejar de fumar o le pongo un plan de ejercicio? En el reciente XXXIX Congreso Nacional de semFYCen Málaga, presentamos este breve debate (20 minutos), cuyo objetivo fue teatralizar una pugna entre dos ponentes (Ana y Emilio), que "lucharon" entre sí para convencer a los asistentes de que convendría intervenir primero (opción defendida por Ana) sobre el consumo de tabaco frente a priorizar la ayuda para iniciar y consolidar un hábito regular de actividad física (opción defendida por Emilio), en un varón de 50 años, que fuma y realiza muy escasa actividad física y acude a la consulta tras sufrir un probable AIT (accidente isquémico transitorio). VER PRESENTACION

Hicimos un rápido repaso a las evidencias más importantes sobre los principales riesgos de ambas conductas (de cáncer, de enfermedad cardiovascular, de otras enfermedades…) y sobre la efectividad y coste-efectividad esperada de nuestras intervenciones. Intentamos dejar claras dos cosas: que los deseos, la motivación del paciente para intentar cambiar sus hábitos es lo primero a tener en cuenta, y que para intervenir exitosamente sobre la primera (tabaquismo) y la cuarta (inactividad física) causa de muerte evitable/prevenible en el mundo, no hacen falta pruebas sofisticadas, ni aparataje alguno. Ni siquiera una formación exhaustiva para comenzar a hacerlo, pues es la relación (motivadora, sobre todo) con el paciente la herramienta terapéutica más importante.


A la mitad del debate, Ana sugirió cesar en el “enfrentamiento” (¡Emilio! ¿Vamos a estar peleando todo el tiempo?) para ofrecer a continuación algunas evidencias sobre el importante papel que tiene el ejercicio físico en el proceso de deshabituación tabáquica y lo ventajoso que resulta intervenir sobre todas las conductas de riesgo de forma simultánea. Como venimos haciendo desde 2007 en la Unidad-Escuela de Estilos de Vida Saludables del CS Valdepasillas de Badajoz, en la que -por ejemplo- aprovechamos las 4-6 visitas que hace la persona fumadora en el proceso de deshabituación tabáquica, para realizar intervenciones breves, muy motivadoras, sobre sus hábitos de alimentación, consumo de alcohol y actividad física, con excelentes resultados. Donde además comprobamos que, al ayudar a mejorar globalmente su estilo de vida, fomentamos en los pacientes el autocuidado, elemento primordial para la sostenibilidad de nuestro SNS.
Por fin, además de dar fe a través de nuestra propia experiencia, también ofrecimos evidencias de que intervenir sobre los hábitos de los pacientes se asocia a mejor estilo de vida del profesional que realiza dicha intervención, y que hacerlo (por el desarrollo de las habilidades de comunicación que ello implica) puede reducir el riesgo de “quemarnos” profesionalmente, de desarrollar burnout, una de las grandes amenazas sobre nuestra salud y calidad de vida.

Ana Furió y Emilio Salguero.

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