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domingo, 18 de noviembre de 2018

EL ETIQUETADO INFOGRAFICO EN LOS ALIMENTOS PROCESADOS


Se estima que una de cada tres muertes prematuras por cáncer y enfermedades cardiovasculares se debe a una alimentación no saludable. El etiquetado actual de los alimentos procesados y envasados es heterogéneo, complicado y difícil de interpretar. La ley de 2011 es una oportunidad perdida de haber hecho una buena regulación de este importante asunto. Esta ley tiene un aspecto positivo por aumentar la letra hasta 1,2 mm, pero este tamaño es la mitad de lo que se exige a los prospectos de los medicamentos. Gran parte de la población no puede leerlas sino dispone de lentes en el momento de la compra. 

Se ha podido constatar que los países con menores tasas de sobrepeso tienen etiquetados más transparentes y mayores controles publicitarios de los alimentos procesados. Sin una información completa y veraz no existe una verdadera libertad de elección. El etiquetado infográfico tipo semáforo es un sistema transparente, sencillo, riguroso, práctico, avalado científicamente y aceptado por los consumidores para informar de las características más importantes de un alimento envasado. El objetivo es facilitar la elección de las opciones más saludables y acabar con la confusión actual del etiquetado cuyo resultado es que los productos menos sanos son los más publicitados. Consiste en determinar el valor energético y nutrientes esenciales: cantidad de calorías, grasas totales, grasas saturadas, azucares y sal en relación a las cantidades máximas recomendadas y otorgarles un color en función si el contenido está lejos de esa cantidad máxima (verde: menos de 7,5%) cerca de esa cantidad (ámbar: 7,5 - 20%) o muy cerca del límite aconsejado (rojo: más del 20%). En la imagen anterior el etiquetado  infográfico semáforo seria rojo para sal y verde para grasas y azúcar.
Ejemplos: Una mujer necesita 2000 calorías/ día para desarrollar una actividad media. En el caso del azúcar no debería consumir más del 10% de calorías en forma de azucares, lo que supone no superar los 50 gramos al día. Si consume un refresco con alto contenido en azúcar habrá consumido el máximo de azucares para un día. Otro ejemplo: Si esta mujer consume media pizza (200 gramos) esta ingiriendo el 34% de la sal recomendada para todo el día (800 miligramos). Estos alimentos tendrían una etiqueta roja para azúcar y sal respectivamente. 

El etiquetado infográfico tipo SEMAFORO fue propuesto inicialmente en Reino Unido e implantado de forma voluntaria pero rechazado por el conjunto de la Unión Europea. Sin embargo, este sistema ha sido aplicado en algunos países con éxito como Ecuador, Perú o Bolivia en Sudamérica. El país que lo ha implantado y evaluado mejor es Ecuador:  ver Rotulado de Productos Alimenticios y Etiqueta Semáforo Requisitos y Rotulado Nutricional
La variante Octogonal
Chile aplica un modelo parecido inspirado en octógonos para llamar la atención sobe el alto contenido en Grasas saturadas, sal, azúcar y valor energético ( calorías): 

Regulación supervisada.  No autorregulación
Según Juan Revenga, La industria alimentaria ha intentado manipular y vaciar de objetivo esta excelente idea modificando los principios del etiquetado cromático.  Ver Las trampas del semáforo nutricional


Siguen una estrategia habitual en ciertas multinacionales de esta industria: ponerse la medalla de preocuparse por las elecciones que puedan realizar sus consumidores. Curiosamente, los criterios siguen estando basados en los porcentajes de cada nutriente por cada ración estándar de sus productos, que ellos se han preocupado de definir en el contenido por 100 gramos. Con criterios distintos, los resultados para un mismo producto en términos de luces rojas, ámbares y verdes son completamente diferentes: en los semáforos de la industria lucirán muchas menos luces rojas que en el conjunto de los británicos. Incluso en un mismo producto, las luces encendidas serán diferentes usando el semáforo de la industria o su alternativa. Porque en los semáforos de la industria destaca la escasez de luces rojas: no hay casi nada prohibido y todo vale. Por ejemplo, así quedarían los distintos semáforos para un mismo alimento.
El problema del etiquetado SEMAFORO
Dado que puede haber  4 o 5 elementos señalados cada uno con un color distinto, el problema entonces es como interpretara esto un consumidor. La cuestión es  informar de las cantidades por raciones o GDAs ( Propuesta de la industria) o por 100 gramos ( propuesta de las sociedades científicas). Pero en el terreno nutricional la cosa no es tan sencilla, ya que frente al mismo cruce o alimento nos encontramos con al menos cuatro semáforos; cuatro indicaciones para tomar una única decisión. ¿Qué se hace en el caso de encontrar una luz verde para los azúcares, dos ámbares para las grasas y las grasas saturadas y una roja para la sal? ¿Y si son dos rojas, una verde y otra amarilla? ¿Y tres verdes y una roja?
La propuesta de etiquetado infográfico francesa:
La propuesta francesa es una alteranativa al etiquetado semáforo. Este proyecto que ya se implementa de forma voluntaria desde abril de 2017 en varias cadenas francesas de distribución ha recibido el nombre de Nutri-Score, y trata de ofrecer una única lectura totalizadora respecto a la calidad global del alimento. Usando una horquilla de cinco posibles letras, da una nota general al producto que va desde la A (óptimo) a la E (pésimo). Igual que en modelo del Reino Unido, los criterios para lograr esta media dependen de diversos aspectos nutricionales contenidos en 100g del producto, y no por ración como en los modelos que siempre propone la industria. Para ello hay elementos cuya presencia suma (frutas, verduras, frutos secos, fibra y proteínas) y otros que restan (grasas saturadas, azúcar, sodio o sal y calorías). La puntuación se obtiene tal y como se detalla en el informe de la Agencia Nacional para la Seguridad Alimentaria, del Entorno y del Trabajo realizando una única lectura fruto del sumatorio de los aspectos positivos y negativos de cada alimento: Évaluation de  la faisabilité du  calcul d’un score nutritionnel  tel qu’élaboré  par Rayner et al
 Esto simplifica la toma de decisiones, pero a la vez puede arrojar lecturas “raras”, como proponer para aceite de oliva la peor o segunda peor nota entre las posibles. En definitiva, el etiquetado cromático desempeña un papel importante en las tomas de decisiones que conducen a consumir o dejar de consumir un producto. Por esta razón la industria alimentaria tiene tanto interés en que se haga a su manera, y no de otra. 

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria formada por cerca de 20.000 médicos de familia propone que se revise la legislación del etiquetado en beneficio de la salud de la población española. Se trata de una medida de coste cero que mejoraría la información para mejorar la alimentación y prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes o la hipertensión arterial. A medio plazo, el impacto de esta modalidad de etiquetado en la reducción de los costes sanitarios puede ser considerable.

Rodrigo Córdoba García

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