Se
estima que una de cada tres muertes prematuras por cáncer y enfermedades
cardiovasculares se debe a una alimentación no saludable. El etiquetado actual
de los alimentos procesados y envasados es heterogéneo, complicado y difícil de
interpretar. La ley de 2011 es una oportunidad perdida de haber hecho una buena
regulación de este importante asunto. Esta ley tiene un aspecto positivo por
aumentar la letra hasta 1,2 mm, pero este tamaño es la mitad de lo que se exige
a los prospectos de los medicamentos. Gran parte de la población no puede
leerlas sino dispone de lentes en el momento de la compra.
Se
ha podido constatar que los países con menores tasas de sobrepeso tienen
etiquetados más transparentes y mayores controles publicitarios de los
alimentos procesados. Sin una información completa y veraz no existe una verdadera
libertad de elección. El etiquetado infográfico tipo semáforo es un sistema transparente,
sencillo, riguroso, práctico, avalado científicamente y aceptado por los
consumidores para informar de las características más importantes de un
alimento envasado. El objetivo es facilitar la elección de las opciones más
saludables y acabar con la confusión actual del etiquetado cuyo resultado es
que los productos menos sanos son los más publicitados. Consiste en determinar el
valor energético y nutrientes esenciales: cantidad
de calorías, grasas totales, grasas saturadas, azucares y sal en relación a
las cantidades máximas recomendadas y otorgarles un color en función si el
contenido está lejos de esa cantidad máxima (verde: menos de 7,5%) cerca de esa
cantidad (ámbar: 7,5 - 20%) o muy cerca del límite aconsejado (rojo: más del
20%). En la imagen anterior el etiquetado infográfico semáforo seria rojo para sal y
verde para grasas y azúcar.
Ejemplos:
Una mujer necesita 2000 calorías/ día para desarrollar una actividad media. En
el caso del azúcar no debería consumir más del 10% de calorías en forma de
azucares, lo que supone no superar los 50 gramos al día. Si consume un refresco
con alto contenido en azúcar habrá consumido el máximo de azucares para un día.
Otro ejemplo: Si esta mujer consume media pizza (200 gramos) esta ingiriendo el
34% de la sal recomendada para todo el día (800 miligramos). Estos alimentos
tendrían una etiqueta roja para azúcar y sal respectivamente.
El etiquetado infográfico tipo SEMAFORO fue propuesto inicialmente en Reino Unido e implantado de forma voluntaria pero rechazado por el conjunto de la Unión Europea. Sin embargo, este sistema ha sido aplicado en algunos países con éxito como Ecuador, Perú o Bolivia en Sudamérica. El país que lo ha implantado y evaluado mejor es Ecuador: ver Rotulado de Productos Alimenticios y Etiqueta Semáforo Requisitos y Rotulado Nutricional
El etiquetado infográfico tipo SEMAFORO fue propuesto inicialmente en Reino Unido e implantado de forma voluntaria pero rechazado por el conjunto de la Unión Europea. Sin embargo, este sistema ha sido aplicado en algunos países con éxito como Ecuador, Perú o Bolivia en Sudamérica. El país que lo ha implantado y evaluado mejor es Ecuador: ver Rotulado de Productos Alimenticios y Etiqueta Semáforo Requisitos y Rotulado Nutricional
La variante Octogonal
Chile
aplica un modelo parecido inspirado en octógonos para llamar la atención sobe
el alto contenido en Grasas saturadas, sal, azúcar y valor energético ( calorías):
Regulación supervisada. No
autorregulación
Según Juan Revenga, La industria alimentaria ha
intentado manipular y vaciar de objetivo esta excelente idea modificando los
principios del etiquetado cromático. Ver Las trampas del semáforo nutricional
Siguen una estrategia habitual en ciertas
multinacionales de esta industria: ponerse la medalla de preocuparse por las
elecciones que puedan realizar sus consumidores. Curiosamente, los criterios
siguen estando basados en los porcentajes de cada nutriente por cada ración
estándar de sus productos, que ellos se han preocupado de definir en el
contenido por 100 gramos. Con criterios distintos, los resultados para un mismo
producto en términos de luces rojas, ámbares y verdes son completamente
diferentes: en los semáforos de la industria lucirán muchas menos luces rojas
que en el conjunto de los británicos. Incluso en un mismo producto, las luces
encendidas serán diferentes usando el semáforo de la industria o su
alternativa. Porque en los semáforos de la industria destaca la escasez de
luces rojas: no hay casi nada prohibido y todo vale. Por ejemplo, así quedarían
los distintos semáforos para un mismo alimento.
El problema del etiquetado SEMAFORO
Dado
que puede haber 4 o 5 elementos
señalados cada uno con un color distinto, el problema entonces es como
interpretara esto un consumidor. La cuestión es informar de las cantidades por raciones o GDAs
( Propuesta de la industria) o por 100 gramos ( propuesta de las sociedades
científicas). Pero en el
terreno nutricional la cosa no es tan sencilla, ya que frente al mismo cruce o
alimento nos encontramos con al menos cuatro semáforos; cuatro indicaciones
para tomar una única decisión. ¿Qué se hace en el caso de encontrar una luz
verde para los azúcares, dos ámbares para las grasas y las grasas saturadas y
una roja para la sal? ¿Y si son dos rojas, una verde y otra amarilla? ¿Y tres
verdes y una roja?
La propuesta de etiquetado infográfico francesa:
La propuesta francesa es una
alteranativa al etiquetado semáforo. Este proyecto que ya se implementa de forma
voluntaria desde abril de 2017 en varias cadenas francesas de distribución ha
recibido el nombre de Nutri-Score, y trata de ofrecer una única lectura totalizadora
respecto a la calidad global del alimento. Usando una horquilla de cinco
posibles letras, da una nota general al producto que va desde la A (óptimo) a
la E (pésimo). Igual que en modelo del Reino Unido, los criterios para lograr
esta media dependen de diversos aspectos nutricionales contenidos en 100g del
producto, y no por ración como en los modelos que siempre propone la industria. Para ello hay elementos cuya presencia suma (frutas,
verduras, frutos secos, fibra y proteínas) y otros que restan (grasas saturadas,
azúcar, sodio o sal y calorías). La puntuación se obtiene tal y como se detalla
en el
informe de la
Agencia Nacional para la Seguridad Alimentaria, del Entorno y del Trabajo
realizando una única lectura fruto del sumatorio de los aspectos positivos y
negativos de cada alimento: Évaluation de la faisabilité du calcul d’un score nutritionnel tel qu’élaboré par Rayner et al
Esto simplifica la toma de decisiones, pero a
la vez puede arrojar lecturas “raras”, como proponer para aceite de oliva la
peor o segunda peor nota entre las posibles. En definitiva, el etiquetado cromático
desempeña un papel importante en las tomas de decisiones que conducen a
consumir o dejar de consumir un producto. Por esta razón la industria
alimentaria tiene tanto interés en que se haga a su manera, y no de otra.
La
Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria formada por cerca de
20.000 médicos de familia propone que se revise la legislación del etiquetado
en beneficio de la salud de la población española. Se trata de una medida de
coste cero que mejoraría la información para mejorar la alimentación y prevenir
enfermedades como la obesidad, la diabetes o la hipertensión arterial. A medio
plazo, el impacto de esta modalidad de etiquetado en la reducción de los costes
sanitarios puede ser considerable.
Rodrigo Córdoba García
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