La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha seleccionado como lema para la reflexión en el Día Mundial sin Tabaco del 31 de mayo de 2012 “la interferencia de la industria del tabaco”; tal decisión está más que justificada y es de plena actualidad en nuestro país. El Día Mundial sin Tabaco 2012 tiene como meta informar y concienciar a los responsables políticos y al público en general acerca de las tácticas nefastas y perjudiciales de la industria tabacalera, en defensa de sus intereses.
Al elegir este lema la OMS quiere hacer una llamada de atención a los gobiernos de todo el mundo sobre la importancia que tiene el poner en marcha todas aquellas medidas destinadas a contrarrestar las estrategias utilizadas por la industria del tabaco con la finalidad de controlar la epidemia tabáquica en pro de sus intereses. El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), reconoce en su preámbulo "la necesidad de mantener la vigilancia ante cualquier intento de la industria del tabaco de socavar o desvirtuar las actividades de control del tabaco y la necesidad de estar informados de las actividades de la industria del tabaco que afecten negativamente a las actividades de control del tabaco". Además, el artículo 5.3 del CMCT establece que "a la hora de establecer y aplicar sus políticas de salud pública relativas al control del tabaco, las Partes actuarán de una manera que proteja dichas políticas contra los intereses comerciales y otros intereses creados de la industria tabacalera, de conformidad con la legislación nacional".
La Dra. Margaret Chan, Directora General de la Organización Mundial de la Salud habló en su discurso inaugural de la 15ª Conferencia Mundial sobre Tabaco o Salud, celebrada en Singapur el pasado 20 de marzo 2012, sobre “El nuevo cariz de la industria del tabaco”:
· La evidencia de los daños físicos, y los costes económicos, del consumo de tabaco sigue creciendo, y se están ampliando continuamente la base de pruebas.
· El consumo de tabaco es la principal causa de muerte evitable en el mundo, no hay ninguna sombra de duda. En un mundo en crisis económica, con el envejecimiento de la población, con el auge de las enfermedades crónicas, y con costes médicos crecientes, la lucha contra una causa enorme y completamente evitable de enfermedad y muerte se hace más imprescindible.
· Sabemos que el consumo de tabaco, como un tiroteo, mata a personas inocentes que se ven obligados a respirar el aire contaminado con cientos de productos químicos tóxicos. Sabemos lo que la exposición al tabaco durante el embarazo hace en el feto, otra víctima inocente, e indefensa por completo.
· Sabemos por otra parte que el consumo de tabaco no es una opción. Se trata de una poderosa adicción. La verdadera elección es entre el tabaco o la salud.
· Nos enfrentamos a un enemigo despiadado y artero, que obliga a unirnos a todos y a comprometernos. El enemigo es la industria del tabaco, que ha cambiado su cara y sus tácticas. Las acciones legales de alto perfil dirigidas a Uruguay, Noruega, Australia y Turquía han sido deliberadamente diseñadas para infundir miedo en los países que deseen introducir medidas de control del tabaco, ya que lo que la industria quiere ver es un efecto dominó. Cuando la determinación de un país se tambalea bajo la presión de un costoso e interminable litigio y las amenazas de fianzas de mil millones de dólares, otros con intenciones similares son propensos a desistir también. Las grandes tabacaleras pueden darse el lujo de contratar a los mejores abogados y empresas de relaciones públicas que el dinero puede comprar.
· Necesitamos, ahora más que nunca, a los miembros de la sociedad civil y formar a la opinión pública.
Pero la presión de la industria del tabaco no se limita a los países en vías de desarrollo. Recientemente han aparecido noticias sobre la petición de la Comunidad de Madrid al Gobierno para que se modifique la Ley del tabaco para permitir fumar en casinos y otros establecimientos de juego como bingos. Hay que recordar que se ha demostrado la ineficacia sanitaria de los sistemas de ventilación que se propugnan, y que el volver a permitir fumar menoscabaría los derechos laborales de los trabajadores y supondría una perdida de eficacia de la Ley del Tabaco como herramienta de Salud Pública. Además supondría un agravio económico para con la hostelería en general y contaría con la oposición de una ciudadanía ejemplar que lleva año y medio apostando por la Ley del tabaco y que no entendería de excepciones interesadas. Las excepciones en la Ley hace que sea mas fácil su incumplimiento, y podrian empeorar la imagen de los políticos y las instituciones si se cediera a los intereses de la industria tabaquera. Se impone que las relaciones entre políticos e industria del tabaco estén reguladas y sean transparentes.
No te dejas engañar por la industria tabacalera.
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