Es
importante vivir más, pero también lo es vivir libre de carga de
enfermedad crónica o discapacidad. Estudios previos han demostrado que fumar,
la inactividad física, la mala calidad de la dieta y el consumo de riesgo de
alcohol contribuyen hasta a el 60% de las muertes prematuras, y a una pérdida de
esperanza de vida que va de 7.4 a 17.9 años. Sin embargo, hay poca
investigación sobre si la combinación de múltiples estilos de vida saludables puede
relacionarse con la esperanza de vida libre de las principales enfermedades
crónicas como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
El
reciente estudio publicado en el BMJ Healthy lifestyle and life expectancy free of cancer, cardiovascular disease, and type 2 diabetes: prospective cohort study, examina cómo se relaciona un estilo de vida saludable con la esperanza
de vida libre de enfermedades crónicas. Se trata de un estudio de cohortes de
más de 110.000 profesionales sanitarios seguidos más de 30 años. Se han
analizado los cinco estilos de vida saludables: nunca fumador, índice de
masa corporal 18.5-24.9, actividad física moderada a vigorosa (≥30 minutos /
día), consumo por debajo del consumo de riesgo de alcohol (mujeres: 5-15 g /
día; hombres 5-30 g / día), y una puntuación más alta en el índice de calidad
de la dieta (40% superior). Los investigadores han encontrado que la esperanza
de vida libre de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer a los 50 años
fue de 23,7 años para las mujeres que no tenían ningún estilo de vida saludable,
en contraste con los 34,4 años para las mujeres que tenían cuatro o cinco. En
hombres oscilaban entre 23.5 y 31.1 años según los estilos de vida seguidos.
Para los fumadores masculinos actuales que fumaban mucho (≥15 cigarrillos /
día) o los hombres y mujeres obesos (índice de masa corporal ≥30), sus
expectativas de vida libre de enfermedad representaban la proporción más baja
(≤75%) de la esperanza de vida total a los 50 años. Concluyen que la adhesión a
un estilo de vida saludable, en la mitad de la vida, se asocia con una mayor
esperanza de vida libre de enfermedades crónicas importantes.
La
adherencia a un estilo de vida saludable se asoció con una mayor esperanza de
vida a los 50 años, libre de enfermedades crónicas importantes, de
aproximadamente 7,6 años en hombres y 10 años en mujeres. La ganancia
relativamente más importante es en la esperanza de vida libre de diabetes que
la ganada libre de cáncer o enfermedad cardiovascular; esto fue consistente con
el resultado de diferentes fracciones de atribución evitables para el estilo de
vida relacionado con enfermedades específicas: el 90% de la diabetes, el 80% de
las enfermedades coronarias, el 70% de la mortalidad cardiovascular y el 50% de
la mortalidad por cáncer son atribuibles a seguir o no un estilo de vida saludable.
La población
estudiada (profesionales sanitarios) era muy homogénea en su nivel educativo, alfabetización
sanitaria, y estado socioeconómico, por lo que se reducen los posibles factores de confusión
residual y aumenta la validez interna de los hallazgos.
Los
autores concluyen que sus hallazgos sugieren que la promoción de un estilo de
vida saludable ayudaría a reducir las cargas sanitarias al reducir el riesgo de
desarrollar múltiples enfermedades crónicas, como cáncer, enfermedades
cardiovasculares y diabetes, y extender la esperanza de vida libre de estas
enfermedades. Las políticas públicas para mejorar estos estilos son
fundamentales para mejorar la esperanza de vida, especialmente la vida libre de
enfermedades crónicas.
Paco Camarelles
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