El Sr. y la Sra. Landon han
pedido cita para su hija Meredith con su
médico para una revisión rutinaria. Meredith tiene 12 años, no tiene
antecedentes de enfermedades médicas, y está correctamente vacunada para su
edad. A Meredith le gusta leer libros, ver la televisión y jugar con el
ordenador; no practica ningún tipo de deporte organizado y no se involucra en
la actividad física regular que no sea su clase de gimnasia de la escuela, que
tiene una duración de 30 minutos dos veces a la semana. Vive en un edificio de
apartamentos con ascensor, y va a la escuela en autobús cada mañana. Meredith almuerza
en la cafetería del colegio y suele comprarse una bebida azucarada con
sabor a frutas para beber. A menudo, después de la escuela, va a la
tienda de conveniencia con sus amigos y compra un refresco carbonatado y una
merienda. Meredith mide 150 cm y pesa 50 kg, lo que la sitúa en el percentil 87
de índice de masa corporal para las chicas de su edad. Su médico les dice al
Sr. y la Sra. Landon que su hija sufre de sobrepeso y que corre el riesgo de
obesidad y de desarrollo de complicaciones médicas.
¿Cuál seria la mejor opción
en este caso? ¿Regular o no regular las bebidas azucaradas? Esta es la cuestión
que nos plantea el New England of Medicine. Dos expertos se definen por cada una de las dos opciones.Se puede votar por la que estemos mas de acuerdo.
Los partidarios de regular
la venta argumentan que Meredith no es enteramente libre de decidir si consume o no bebidas azucaradas. Su
consumo se produce en un entorno en el que la publicidad, el precio, la accesibilidad, las muy estudiadas
técnicas de marketing influyen de una manera determinante. La contribución de
las bebidas azucaradas en la epidemia de obesidad justifica que se tomen
medidas de salud pública de regulación y control, al igual que se hace con otros alimentos, que complementen y refuercen las
campañas de educación sanitaria. Otras medidas pueden ser aumentar el precio, restricciones de venta en el colegio, regular su tamaño y otras.
Los partidarios de no regular la venta argumentan que las prohibiciones no son efectivas (la famosa
Ley Seca), que el consumo se podría trasladar a otros productos igualmente con
muchas calorías, que la regulación puede provocar resistencias, que la propia
industria se podría autorregular, y que se podrán adoptar enfoques de educación
sanitaria que implicaran a padres, escuelas y profesionales sanitarios
Y tu ¿Que opinas?
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