Es una tarea complicada contestar a la pregunta de si estamos sanos o como consideramos nuestro estado
de salud. Más aun para las personas que vivimos en países con alto nivel de
desarrollo, que tienen una esperanza de vida cada vez mayor y con más prevalencia de enfermedades crónicas
que pueden ser más o menos invalidantes.
La
celebración el 7 de abril del Día Mundial de la Salud de la Organización Mundial
de la Salud OMS es un buen momento para pararse y reflexionar un poco sobre qué
es y como definimos la salud. Y nada mejor que hacer referencia a un reciente artículo
del NYT sobre el tema que me ha gustado
mucho Healthy in a Falling Apart Sort of Way.
El
artículo repasa la utópica definición de la salud de la OMS de 1948 como un
estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad,
y la crítica posterior de esta definición publicada en 2011 en el BMJ How should we define health? Este artículo hacía énfasis en la capacidad de adaptación y autocuidado de
la persona, teniendo en cuenta los campos biológico, psicológico y social que influyen en el binomio salud enfermedad. El problema es que los sanitarios nos centramos mas en la enfermedad que en la salud como nos dice Richard Smith en The end of disease and the beginning of health. Curiosa la definición
que hizo Sigmund Freud de la salud como la capacidad de amar y trabajar.
Sentirse
sano y adaptado a nuestro entorno debería ser el enfoque más adecuado cuando hablamos de
salud. En nuestro país según la última Encuesta Nacional de Salud el 75,3 % de
la población percibe su estado de salud como buena o muy buena, y el 53% de la población
mayor de 65 años no presenta dependencia funcional. Sin embargo van aumentando las patología crónicas como la hipertensión arterial, la obesidad, el
colesterol alto, y la diabetes todo ello relacionado con el consumo de tabaco,
alcohol, niveles bajos de actividad física y/o sedentarismo, y una alimentación
no adecuada.
Recodad que fue Antonovsky quien propuso entender la salud como un continuo entre dos
polos: el bienestar (salud) y el malestar (enfermedad), pero asumiendo que
ningún organismo podría conseguir ninguno de los extremos de forma absoluta,
esto es ni la salud perfecta ni la completa enfermedad). Con ello estableció
que la salud es un proceso inestable que debe ser constantemente re-creada y
que la perdida de salud es un proceso natural y omnipresente. Ver La salud y la salutogénesis.
En el
artículo del NYT se habla de lo difícil que es sentirse sano en una sociedad en
la que la salud es un producto de consumo, y donde estamos continuamente influenciados
con noticias sobre riesgos para la salud que en muchas ocasiones son
exagerados. Además es un poco difícil de entender que la detección precoz de
una enfermedad no tiene por qué salvar vidas en todas las ocasiones e incluso
que puede complicar o ser contraproducente para nuestra salud. También que en
muchas ocasiones menos medicina produce más salud.
El error
seria focalizar la salud como un problema de acceso a los cuidados médicos y no tener en cuenta aquellos
factores que tienen un mayor impacto en esta como la educación, el nivel socioeconómico,
el ambiente que nos rodea, el apoyo social con el que contamos, la genética
que condiciona enfermedades, el género que determina distintos riesgos de enfermar,
y nuestro comportamiento en salud. Sin duda alguna influyen las habilidades para un estilo de vida saludable
con respecto al consumo de tabaco y alcohol, la alimentación , la actividad física y
el afrontamiento del estrés. De ahí la importancia de la salud en todas las políticas y el abordaje de los estilos de vida que pueden influir en la salud personal y de la comunidad. Ver Estilos de vida saludables, promoción de la salud y participación comunitaria
Junto
con Italia y Francia lideramos el grupo los países de la UE, en los que la
esperanza de vida al nacer supera los 80 años. En concreto, el conjunto de personas nacidas en España
alcanzaron en 2012 una esperanza de vida al nacer de 82,5 años, la más alta de
la Unión Europea. En el caso de las mujeres, la esperanza de vida en España
(85,5 años) fue la más alta de la UE mientras que para los hombres fue más alta
en Suecia (79,9 años). En España la esperanza de años de vida saludable a los
65 años en 2012 es de 9,2 para los hombres y 9,0 años para las mujeres. Datos de Health at a Glace. Europe 2014. Parece que cada vez vivimos mas años, pero ¿Estamos sanos a pesar de todo?
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