"La alfabetización en salud trata de cómo las personas
entienden la información sobre la salud y la atención sanitaria, cómo aplican
esa información a sus vidas, y como la utilizan para tomar decisiones y actuar
en consecuencia. La alfabetización en salud es importante porque condiciona la
salud de las personas y la seguridad y calidad de la atención sanitaria que
reciben. Los bajos niveles de alfabetización individual en salud contribuyen a
los peores resultados de salud, el aumento de riesgo de sufrir un evento
adverso y mayores costes sanitarios". Esta es la completa definición que sobre la
alfabetización en salud da la Australian commission on Safety and Quality in Health Care.
Como profesionales sanitarios
que trabajamos en Atención Primaria nos interesa saber que podemos hacer desde
nuestras consultas para mejorar la alfabetización en salud de los pacientes que
atendemos, y cómo tenerla en cuenta en prevención y promoción de la salud . Es el objetivo del interesante
Symposium on Health Literacy for Preventive Care in Primary Health Care Settings: what do we need to do differently.
En el simposio se han tratado diversos temas destacando
la relación entre alfabetización en salud y equidad, como se mide y aborda la
alfabetización en salud en atención primaria de salud, y que sistemas de
alfabetización en salud son efectivos. Este último punto tratado me parece el
más interesante: ¿Qué sabemos sobre las intervenciones de alfabetización en
salud?, ¿Qué es efectivo?, y ¿Cómo integramos los sistemas en atención
primaria? Son las preguntas que se hace la profesora Kirsten McCaffery (enlace a su presentación).
Tenemos evidencias consistentes y de buena calidad sobre
estrategias para mejorar la alfabetización en salud:
- Dar información de salud por escrito, utilizando un lenguaje entendible por el paciente. No olvidar la importancia de dar un folleto cuando damos un consejo de salud.
- Prescribir de forma adecuada los medicamentos. Si la prescripción es explícita y precisa conseguimos mayores resultados. Mejor decirle al paciente que tome la medicación con el desayuno y la cena que decirle que la tome cada 12 horas.
- Asegurarnos que le paciente ha entendido la información. Lo llaman el Teach Back: por ejemplo pedir al paciente que explique en sus propias palabras la información suministrada.
- Explicar de forma adecuada los riesgos que se tratan de prevenir, usando formatos adecuados: mejor decir “5 de cada 100 pacientes que toman la medicación experimentaran efectos secundarios”, que “un 20% menos de pacientes que toman la medicación experimentaran efectos adversos”.
- Toma de decisiones compartidas, de la que disponemos de evidencia científica de su impacto: Decision aids for people facing health treatment or screening decisions.
Nos quedarían por analizar los sistemas que se están desarrollando
para aumentar la alfabetización de los pacientes, pero este apasionante campo
lo trataremos en otra entrada del blog.
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