La obesidad es una condición
medica crónica y un problema de Salud Pública cada vez más prevalente en los países
desarrollados, pero ¿podemos considerarlo una enfermedad? En una reciente reunión de la AMA American
Medical Association se ha reconocido, por votación entre sus miembros, a la
obesidad como una enfermedad, en contra de un informe encargado a un grupo de
expertos.
Argumentos en contra de
considerarla una enfermedad serian que el exceso de peso incrementa el riesgo
de enfermedad (diabetes tipo II, enfermedad coronaria, ictus, hipertensión,
dislipemia, algunos cánceres, artrosis, asma, lumbago, apnea obstructiva del sueño,
depresión y otras) y muerte pero no en todos los casos. Además esta relación difiere
según el sexo, la edad, la etnia y el nivel socioeconómico. De repente un
tercio de los americanos se van a convertir en enfermos, lo que puede
incrementar su discriminación social (o disminuirla según otras opiniones).
Los partidarios de
considerarla una enfermedad argumentan que la obesidad es consecuencia de una conjunción
de factores genéticos, de comportamiento alimentario, de factores ambientales
del entorno, que afectan al normal funcionamiento de nuestro cuerpo. Las consecuencias
en la salud y los costes sanitarios que conlleva la obesidad son bien
conocidos, y opinan que si se considera una enfermedad el acceso a los
tratamientos disponibles va a ser más fácil (no olvidar que en USA el acceso a la sanidad no es universal). También se aumentaría la implicación de los médicos en su abordaje.
El uso del cálculo del Índice
de Masa Corporal IMC, es una forma indirecta e imperfecta de medir la obesidad,
aunque más precisa que solo medir el peso, y es recomendando por la Organización
Mundial de la Salud OMS y otras organizaciones sanitarias. Su medida originalmente
diseñada para su uso como indicador poblacional de obesidad, se ha recomendado ampliamente para su uso en
la práctica clínica diaria como un cribado barato para ayudar a valorar en
riesgo de enfermedad, junto con la toma de la tensión arterial y la medida de lípidos
en sangre.
Muchos factores hay que
tener en cuenta en esta decisión de la AMA, el primero es la medicalización que
va a suponer la declaración de la obesidad como una enfermedad, otro son los intereses de los nuevos productos farmacéuticos
que se han comercializado recientemente en USA para la obesidad y los tratamientos quirúrgicos, y el tercero
son los criterios que utilizamos los profesionales sanitaros para definir lo
que es una enfermedad (complejos y muchas veces sujeto a condicionantes sociales, culturales, científicos y otros). A considerar también si la definición de la obesidad
como una enfermedad va a mejorar los resultados en salud (podría o no podría según
los expertos).
Más sobre obesidad en el siguiente enlace
2 comentarios:
Para mi, enfermedad es la alteración en el equilibrio bio/psico/social de un individuo.
Una persona con obesidad puede estar sana, aunque estadísticamente sea más propenso a sufrir algún tipo de enfermedad (diabetes, cardiovascular, etc..)
El peso corporal en relación a la talla IMC no puede ser un elemento definitorio de enfermedad. La relación cin/cad, el % grasa corporal, etc..., son medidas antropométricas que ayudan a perfilan más sobre los riesgos que supone una composición corporal poco saludable.
Reflexionando sobre el tema, no veo a la obesidad (definida como exceso de peso) como una enfermedad y menos una epidemia. Es una condición médica (tal como se define en el post) que
predispone a enfermedades, pero no una enfermedad en si.
Otra cosa es que, por razones de salud pública (u otras) se considere tener un IMC>30 como punto de partida a partir del cual intervenir.
Como dietista-nutricionista, me ha gustado mucho este post.
Saludos!
El termino “enfermedad” ya sabemos que ha estado manipulado siempre, y mas ahora, con todos los intereses comerciales que existen.
Pero al margen de los nominalismos, no cabe duda que la obesidad es una situación patológica que predispone a otras enfermedades ya reconocidas como tales, con el síndrome metabólico como paso intermedio a muchas de ellas.
Lo preocupante tal vez, seria catalogarlas dogmáticamente con fronteras artificiales basadas en medidas generales concretas, olvidando la singularidad de cada paciente .
Y es que, si se utiliza como único patrón el índice IMC, perímetro abdominal, etc, de entrada tendríamos que meter dentro del mismo saco a mujeres embarazadas, pacientes con ascitis, culturistas , etc..
Tampoco es lo mismo la valoración de estos parámetros en un paciente de constitución picnica, atlética, etc.....
Como siempre, volvemos a lo que nos dijeron nuestros maestros: “No existen enfermedades sino enfermos”
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