En los últimos años estamos asistiendo a una implosión de
aparatos y dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte de
nuestro cuerpo interactuando continuamente con el usuario, y con otros
dispositivos, con la finalidad de realizar alguna función específica: relojes
inteligentes, zapatillas de deportes con
GPS incorporado, y pulseras que monitorizan nuestro estado de salud son
ejemplos de este tipo tecnología. Son la llamada tecnología wereable.
Esta tecnología se está utilizando para intentar mejorar
la salud de los pacientes, concretamente en ayudar a perder peso entre otras utilidades.
Pero, ¿Estamos ante una realidad o una quimera? La reciente publicación EN JAMA
del estudio “Effect of Wearable Technology Combined With a Lifestyle Intervention on Long-term Weight Loss: The IDEA Randomized Clinical Trial”, nos
aporta datos para la reflexión sobre su efectividad.
Los autores del estudio han querido probar la hipótesis de
que, en comparación con una intervención para perder peso estándar, una
intervención a la que se ha añadido tecnología wereable daría lugar a una mayor
pérdida de peso. Se trata de un ensayo clínico aleatorizado en el que los
participantes fueron intervenidos con una dieta baja en calorías, prescripción de
actividad física y sesiones de terapia de grupo. A los 6 meses, se añaden sesiones
de asesoramiento telefónicas, mensajes de texto, y el acceso a los materiales
de estudio en un sitio web. Y se aleatorizan a los participantes a un grupo con auto-monitorización estándar de
la dieta y la actividad física a través de una página web, y a un grupo donde se
les proporcionó un dispositivo portátil tipo wereable conectado a una web para
controlar la dieta y la actividad física.
imagen encontrada en la web betanews
http://betanews.com/2015/05/11/safety-is-an-essential-concern-for-the-future-of-wearables/
Los resultados nos dicen que el cambio de peso a los 24
meses difirió significativamente según los grupos de intervención: una pérdida
de peso media estimada de 3,5 kg en el grupo de intervención con wereable, y
5,9 kg en el grupo de intervención
estándar; diferencia, 2,4 kg. Ambos grupos tuvieron una mejoría significativa
en la composición corporal, condición física, actividad física y la dieta, sin
diferencia significativa entre los grupos. Los autores concluyen que entre los adultos jóvenes intervenidos, la
adición de un dispositivo de tecnología portátil a una intervención estándar
resultó en una menor pérdida de peso a los 24 meses. Los dispositivos que
supervisan y proporcionan información sobre la actividad física (wereables) no
pueden ofrecer una ventaja sobre los enfoques para perder de peso implementados
en la intervención analizada.
Los resultados son un jarro de agua fría para el uso de
esta tecnología en la pérdida de peso, y abre un interesante campo de estudios
y conocimientos. Independientemente de esto, hay que considerar como muy
modestos los resultados obtenidos en ambos grupos de intervención con respecto
a la pérdida de peso a largo plazo, incluso con intervenciones que podemos
considerar de alta intensidad. Y es que perder peso no es nada fácil.
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