El 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores de las Naciones Unidas. Este año, el tema se centrará en “Cumplir la promesa de la Declaración Universal de Derechos Humanos para las personas mayores: entre generaciones”. El fortalecimiento de la solidaridad a través de la equidad y la reciprocidad entre generaciones ofrece soluciones sostenibles para cumplir dicha promesa.
El edadismo es un factor de riesgo
para desarrollar otras formas de violencia contra los mayores y su
conocimiento y prevención debe ser un objetivo prioritario para prevenir sus
consecuencias negativas sobre la salud, y ha sido abordado previamente en este
blog.
El envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI. Es un logro social que debe ir acompañado de una adecuada comprensión del propio proceso de envejecimiento y su diversidad, combatiendo los estereotipos existentes sobre las personas mayores. Estos estereotipos generan un maltrato llamado edadismo o discriminación por razones de edad, en este caso, contra las personas mayores. Este maltrato no es sólo un problema social sino también un importante problema de salud pública, y, por tanto, debe situarse como una prioridad en el abordaje del envejecimiento activo y saludable.
Por todo
ello, desde el Ministerio de Sanidad se trabaja con el fin de concienciar
y prevenir el edadismo, a través de la promoción del envejecimiento
saludable en el marco de la Estrategia de Promoción
de la Salud y Prevención en el SNS.
Para hacer
frente al edadismo podemos, como recomienda OMS en su informe
mundial sobre el edadismo, hacer uso de
determinadas actitudes como:
- comprender que el envejecimiento es una etapa más de
la vida;
- contrarrestar los conceptos negativos y estereotipados
con el reconocimiento de la diversidad en la vejez;
- valorar que los cambios debidos a la edad deben ser
objeto de respeto y no de menosprecio;
- hacer partícipes a las personas mayores en la toma de
decisiones, especialmente en aquellas en las que están implicadas;
- adoptar estilos de vida saludables en edad temprana;
- mantener a las personas mayores en el seno de la
familia y la comunidad, contribuyendo así a evitar un estado de soledad;
- entender las necesidades de las personas mayores y
planificar en consecuencia;
- valorar su aportación a la sociedad y proporcionar una
atención de salud de buena calidad;
- así como fomentar la interacción entre personas de
distintas generaciones.
Laura Sánchez López
Soledad Justo Gil
Área de
Prevención. SG de Promoción de la Salud y Prevención. Ministerio de Sanidad.
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