Los
niveles habituales de Presión Arterial PA están influenciados por factores
genéticos, ambientales y especialmente el estilo de vida, como la composición
de la dieta, el peso corporal, la actividad física y el consumo de alcohol. Muchos
estudios vinculan el consumo de alcohol con el nivel de PA, aunque no teníamos claros
como influían los distintos niveles de consumo y los detalles de esta relación
son incompletos, particularmente en lo que respecta a la asociación con niveles
bajos de consumo de alcohol, no existiendo metaanálisis disponibles para estudios de
cohortes no experimentales.
En el abordaje
de los pacientes con tensión arterial elevada o hipertensión en la consulta, el
cribado e intervención sobre el consumo de
alcohol no se hace, en muchas ocasiones, de forma sistemática.
Un
estudio reciente publicado en la revista Hypertension (Alcohol Intake and Blood
Pressure Levels: A Dose-Response Meta-Analysis of Nonexperimental Cohort
Studies) ha analizado la relación entre presión arterial y consumo de alcohol en 19.548 participantes durante una mediana
de seguimiento de 5,3 años.
Los
resultados muestran una asociación positiva esencialmente lineal entre la
ingesta de alcohol al inicio del estudio y los cambios en la presión arterial
sistólica y diastólica a lo largo del tiempo, sin indicios de un efecto de
umbral de exposición. La presión arterial sistólica media fue 1,25 y
4,90 mm Hg más alta si había un consumo diario de alcohol de 12 o 48 gramos
frente a no consumo, mientras que las diferencias correspondientes para la
presión arterial diastólica fueron de 1,14 y 3,10 mm Hg. El
análisis de la población estratificada por sexo confirmó la asociación casi
lineal entre el consumo de alcohol y la presión arterial, pero más pronunciada
en los hombres que en las mujeres. Además, en las mujeres la presión arterial
diastólica no se asoció directamente con el consumo de alcohol y mostró un
patrón en forma de U invertida.
Los autores concluyen que los datos sugieren que la asociación entre el consumo de alcohol y la PAS es directa y lineal sin evidencia de un umbral para la asociación, mientras que para la PAD la asociación se modifica según el sexo.
Y todo
esto ¿Cómo puede afectar a mi practica clínica diaria?
Si sabemos
que:
- El consumo de alcohol debe considerarse un factor de riesgo para el desarrollo de presión arterial sistólica elevada.
- Que una ingesta diaria de alcohol de 12 g/día se asoció a una diferencia media correspondiente en la presión arterial sistólica de 1,25 mm Hg en comparación con los no bebedores.
- Y que pequeñas reducciones de la PA, que pueden lograrse mediante cambios en el estilo de vida como una reducción en el consumo de alcohol, pueden prevenir la hipertensión y es probable que prevengan eventos cardiovasculares. Por ejemplo, en los pacientes del ensayo de intervención de factores de riesgo múltiples (MRFIT), un PAS promedio que era inferior en 2 mm Hg se asoció con una menor mortalidad anual por accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria y todas las causas del 6%, 4% y 3%. %, respectivamente. Además, un nivel de presión arterial sistólica < 1 mm Hg se asoció a 13,5 y 9,0 eventos de cardiopatía coronaria menos por 100.000 personas-año en sujetos afroamericanos y blancos, respectivamente.
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