En el marco global del control del tabaco, el conjunto de medidas asistenciales al fumador no supone más del 10% en el impacto potencial sobre la prevalencia de tabaquismo. Otras medidas, como la financiación de los tratamientos farmacológicos, tienen un impacto positivo en un número elevado de fumadores, pero marginal en la prevalencia poblacional. En ese contexto se sitúa el debate sobre la efectividad de los dispositivos electrónicos susceptibles de liberar nicotina (DSLN) como ayuda para la cesación del consumo de tabaco. La apropiación del concepto de “reducción de riesgos” por la industria tabaquera está creando cierta confusión social. La industria tabaquera (la misma que produce los e-cigs) pretende una regulación específica para los DSLN, con el fin de evitar obstáculos a su promoción y venta, necesaria para compensar la caída de ventas de los cigarrillos convencionales.
La nicotina es adictiva y
no es inocua a largo plazo. Es un producto que no aumenta directamente el
riesgo de infarto o de cáncer, pero que tiene efectos intermedios relevantes.
Por otra parte, en los DSLN se han detectado cancerígenos en pequeñas dosis y
otras sustancias tóxicas para poblaciones vulnerables a nivel pulmonar
(proplilenglicol, glicerol) o cardiaco (microapartículas, acroleina). Algunos
profesionales apoyan los e-cigs como método de reducción de daños,
especialmente en el Reino Unido. Quizás lo que no tienen en cuenta es que,
aunque puede haber un beneficio individual, es a costa de un gran riesgo
poblacional, como que los menores tengan una probabilidad 3 veces mayor de
iniciarse en el consumo de tabaco o el consumo dual que afecta al 60-80% de la
población que usa estos dispositivos. Os invitamos a leer este artículo de FMC que revisa lo esencial sobre los DSLN:
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La amenaza de promoción a gran escala y de una regulación
defectuosa de estos productos es un motivo para que los médicos de familia nos
armemos de argumentos para afrontar los nuevos mitos que se pueden inyectar en
la sociedad a propósito de estos productos, y éste es el objetivo de esta
actualización. No olvidemos que es la industria (no los profesionales) la que
está liderando la idea de la “reducción de daños” y es ella la que esta
“pescando” profesionales para que sean cómplices de sus estrategias, lo cual
pone en riesgo la unidad del movimiento de prevención y control del tabaco y
los logros conseguidos hasta la fecha, que tanto sufrimiento y muerte ha
evitado a muchas personas.
Rodrigo Córdoba
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