El
apoyo de la opinión pública a las medidas y políticas sanitarias es un aspecto
muy importante y cada vez adquiere mayor interés. Y es un campo de gran trascendencia en la Prevención y Promoción de la Salud. Hemos tenido ejemplos
recientes como el apoyo al uso de las mascarillas en la epidemia COVID, o el
apoyo a determinadas medidas en las políticas de prevención y control del tabaquismo
como la de prohibir fumar en terrazas, que pueden determinar las acciones a tomar en Salud Pública. Otras medidas como aumentar el precio
del tabaco, las bebidas azucaradas o el alcohol, y las etiquetas sanitarias en
las bebidas alcohólicas, están en debate actualmente. El GAT y el PAPPS llevan años midiendo el apoyo a determinadas políticas sanitarias como el de aumentar los espacios sin humo en nuestro país. Ver
El
estudio del cambio de las conductas en salud es el objetivo de The Behavioural and Cultural Insights (BCI) Unit de la OMS (Unidad de Perspectivas Conductuales
y Culturales), que trabaja para promover el uso de enfoques basados en la evidencia
para comprender y abordar los comportamientos relacionados con la salud. Las
áreas clave de su trabajo incluyen la investigación, la evidencia, la
capacitación y la promoción.
El
apoyo de la opinión pública a las políticas de salud es un elemento a menudo
pasado por alto pero esencial en el desarrollo e implementación de políticas.
Este apoyo influye en la probabilidad de que una política sea introducida,
permanezca vigente y tenga éxito. El informe de la BCI OMS Measuring and maximizing
public support for health policies,
analiza por qué y cómo medir el apoyo público, y cómo maximizar el respaldo a
políticas de salud basadas en la evidencia y efectivas. Medir el apoyo público
no solo ayuda a identificar posibles barreras para la implementación y el éxito
de las políticas, sino que también le da voz al público en el proceso de
formulación, lo que puede aumentar la confianza y mejorar las relaciones entre
el gobierno y la población
Existen
tres razones principales por las que el apoyo público a las políticas de salud
es crucial y por qué debe ser medido:
- Para apoyar la adopción de políticas: El apoyo público facilita la introducción e implementación de políticas. Las políticas con alta aprobación pública son más propensas a ser adoptadas y sostenidas, mientras que aquellas que enfrentan una fuerte oposición son más difíciles de poner en marcha.
- Para mejorar la confianza y las relaciones entre el gobierno y la población: Medir el apoyo público fomenta la transparencia y la inclusión, dando voz a las personas en el proceso de toma de decisiones. Esto mejora la percepción de justicia, fortalece la confianza en el gobierno y mejora las relaciones entre el público y los responsables de las políticas.
- Para aumentar la adherencia y el cumplimiento de las políticas: El apoyo público es un factor clave para garantizar el cumplimiento de las políticas de salud. Cuando las personas comprenden y están de acuerdo con las políticas, es más probable que las cumplan, lo que resulta en mejores resultados en salud y en el éxito de las políticas.
La cuestión
es como medimos el apoyo de la opinión pública a una medida de salud. Por un lado,
hay que tener en cuenta que tipo de encuesta vamos a usar, la pregunta más
común utilizada en investigaciones y por agencias de encuestas de opinión
pública es una pregunta de un solo ítem con una escala de respuesta de 5 a 7
puntos que varía desde "Apoyo totalmente" hasta "Me opongo
totalmente", con una opción adicional para "No sé". Por otro
lado, la forma en que se describe la política también es importante y puede
influir en los resultados de la encuesta y para ello la descripción de la
política debe ser lo más cercana posible a la política planificada, pero no tan
extensa ni detallada que los encuestados tengan dificultades para entenderla o
pierdan la atención.
Existe una amplia gama de variables que explican por qué el público puede apoyar o rechazar una política en particular. Varias variables clave, basadas en teorías existentes y evidencia empírica, incluyen:
- La percepción de equidad de la política: Qué tan justa considera la ciudadanía que es la política.
- La percepción de efectividad/beneficios de la política: Qué tan efectivos o beneficiosos creen las personas que serán los resultados de la política, tanto para la sociedad como para ellos mismos.
- La percepción de los daños de la política: Los costos o consecuencias negativas que el público asocia con la implementación de la política.
- La percepción de la magnitud del problema/riesgo percibido: Creencias sobre la existencia, gravedad y relevancia del problema que la política pretende abordar.
- La responsabilidad: Quién considera la población que debe asumir la responsabilidad de resolver el problema (gobierno, empresas, individuos, etc.).
- La confianza en el gobierno: Qué tanto confía la ciudadanía en que el gobierno cumplirá con sus promesas y aplicará la política de manera adecuada.
- Y las normas sociales y culturales: Qué tan aceptable creen las personas que será la política dentro de su comunidad o contexto cultural.
Diversos factores influyen en si el público apoya o rechaza las políticas de salud en contextos específicos. Comprender por qué una política en particular recibe poco o mucho apoyo puede orientar las decisiones para cambiar o rediseñar la política, o invertir en comunicaciones más efectivas. Integrar perspectivas conductuales y culturales en todas las etapas del proceso de formulación de políticas puede garantizar una investigación rigurosa que informe y evalúe estrategias para introducir e implementar políticas basadas en la evidencia. Comprender al público, darle una voz e incorporar estas perspectivas para maximizar el apoyo a las políticas tendrá un efecto significativo en el éxito de las políticas de salud.
Una interesante reflexión que debe guiarnos a la hora de implementar políticas de salud, que nos ayudará al PAPPS a seguir haciendo abogacía por la salud.
Paco Camarelles
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