La
necesidad o no de suplementar con yodo farmacológico a todas las embarazadas es motivo de
discusión amistosa entre Isabel, la matrona de mi Centro de Salud, y yo. Durante
el embarazo se produce un incremento de la función tiroidea, con aumento de los
requerimientos diarios de yodo, pasando de 150 a 250 mg/día. En gestantes
españolas se ha constatado que la dieta no aporta los requerimientos diarios de
yodo necesarios para la formación de hormonas tiroideas maternas. Durante el
primer trimestre de gestación el desarrollo cerebral y auditivo del feto está influido por
las hormonas tiroideas maternas, por lo que organismos internacionales
recomiendan la ingesta diaria a las gestantes de 200 mg de yodo (recomendaciones de actividades preventivas en la mujer PAPPS 2012).
Si
este aporte debe ser en forma de suplementación es motivo de controversia
incluso en documentos de organismos oficiales. Un documento del Ministerio de Sanidad de 2010 recomienda
la suplementación con yodo (Suplementos en embarazadas: controversias, evidencias y recomendaciones), sin embargo otro documento elaborado en 2012 por agencias
evaluativas de la salud autonómicas no lo recomiendan (SUPLEMENTACIÓN CON YODO Y ÁCIDO FÓLICO DURANTE EL EMBARAZO Y LA LACTANCIA). Distintas
recomendaciones y pocas Guías de Práctica Clínica GPC existentes sobre este tema.
La reciente
publicación de la excelente GPC de atención en el embarazo
y puerperio del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la
Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía (versión larga y versión reducida) nos va a
proporcionar pautas de cómo actuar tanto a Isabel como a mí. Tras analizar los estudios disponibles
sobre el tema, de baja o muy baja calidad, los autores de la GPC consideraron
formular una recomendación a favor de la intervención en un subgrupo específico
de la población, teniendo en cuenta que existe una asociación entre la
suplementación farmacológica con yodo durante el embarazo y resultados clínicos
positivos sobre el desarrollo psicológico y neurocognitivo infantiles en
poblaciones con deficiencia de yodo leve-moderada, y que en España, en mujeres
en edad fértil que no utilizan sal yodada, la ingesta de yodo se halla en una
situación limítrofe. La recomendación se formuló como débil por la baja calidad
de la evidencia que la sustenta.
Bien distinta es la recomendación para la suplementación diaria con ácido
fólico, y en esto si que hay unanimidad.
Con respeto a la alimentación y el embarazo la GPC hace otras recomendaciones:
- Débil. Se sugiere no ofrecer de forma rutinaria la suplementación con hierro en mujeres gestantes.
- Débil. Se sugiere realizar una valoración de los hábitos alimentarios de la embarazada en el primer contacto con profesionales sanitarios. En esta valoración debería estimarse cuál es la ingesta diaria de alimentos para poder cuantificar su valor nutricional, y así poder informar a la mujer sobre una dieta adecuada para sus necesidades y sobre la conveniencia de complementar la dieta.(consejos alimentación en el embarazo)
- Se sugiere no suplementar a las mujeres con complejos multivitamínicos durante la gestación.
- Se sugiere informar a las mujeres embarazadas que deben evitar la ingesta de suplementos de vitamina A en dosis superiores a 2.500 UI o 750 μg por su teratogenicidad.
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