La
Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como “la capacidad
de las personas, las familias y comunidades para promover la salud, prevenir
enfermedades, mantener la salud y hacer frente a la enfermedad y la
discapacidad, con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica". La
definición de la OMS incluye otros términos y conceptos similares en uso, como el
auto manejo, el empoderamiento del paciente, la habilitación del consumidor y
la activación del paciente.
El recientemente publicado documento australiano Self-care for health: a national policy blueprint, nos proporciona un marco de acción para lograr la integración del autocuidado en todo el sistema de salud. Este documento nos ofrece un interesante marco micro, meso y macro para conceptualizar el autocuidado, identificando cuatro dimensiones cardinales del mismo:
- Las actividades de autocuidado, con los siete pilares del cuidado personal: alfabetización en salud, bienestar emocional, actividad física, alimentación saludable, manejo de riesgos, buena higiene, y uso racional de recursos.
- Los comportamientos del autocuidado: incluye las creencias, los principios y prácticas que influyen en la motivación, el comportamiento en salud y la actividad de autocuidado.
- Contexto de autocuidado: ilustra el amplio campo en el que ocurren las actividades del autocuidado, desde las elecciones diarias y la reducción de la exposición a factores de riesgo para prevenir enfermedades, hasta el manejo de dolencias menores y de enfermedades crónicas y agudas a través de la colaboración con un equipo de profesionales de la salud.
- El entorno de autocuidado: describe los determinantes de la capacidad de autocuidado y los niveles de actividad de autocuidado en individuos y poblaciones (p. ej. situación socioeconómica, factores culturales, política sanitaria, entorno ambiental etc)
Este documento aboga por una nueva política para promover y ampliar el papel del autocuidado en el sistema de salud. Basado en la evidencia de lo que funciona, el Blueprint presenta un conjunto de políticas prioritarias y propuestas de implementación para apoyar el autocuidado a través de políticas y prácticas de salud. Si bien el término "autocuidado" implica un enfoque en la autonomía y las acciones de los individuos, los impulsores y determinantes de la capacidad de autocuidado son una gama de aspectos ambientales, económicos y sociales que van más allá del individuo. Los Gobiernos y los políticos juegan un papel importante en la creación de entornos que inhiben o permiten el autocuidado,y son influyentes en el desarrollo de las capacidades para el autocuidado a nivel poblacional .
El
documento, identifica medidas de resultados, propone principios rectores, prioridades
estratégicas y áreas de acción políticas. Y describe nueve prioridades de políticas
para su implementación:
- Mejorar la alfabetización sanitaria para todos;
- Incorporar el autocuidado en la práctica de la atención médica;
- Permitir que los consumidores sean socios activos en el cuidado de la salud;
- Asegurar la calidad y accesibilidad a información digital sobre salud;
- Desarrollar medidas para el autocuidado individual, y apoyo al mismo por parte de los servicios de salud.
- Implementar modelos de financiación y servicio para apoyar cuidados personales;
- Impulsar la inversión en salud preventiva y autocuidado;
- Establecer un enfoque nacional para habilitar y apoyar el autocuidado; y
- Apoyar la salud individual, y de la población, a través de todas las políticas públicas.
Un documento
importante que va en la línea sanitaria internacional, vigente desde hace años,
para el empoderamiento de los pacientes y el fomento del autocuidado. Es hora
de que nuestros gestores sanitarios se tomen en serio la importancia del
fomento del autocuidado.
Paco Camarelles
No hay comentarios:
Publicar un comentario