Una dieta
inadecuada es una causa principal de muerte a nivel mundial. Mas de 11 millones de personas murieron en
2017 por causas atribuidas a una alta ingesta de sodio, un bajo consumo de granos
integrales, y un bajo consumo de frutas según el estudio de THE LANCET Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990–2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017.
Por otra parte, sabemos que una dieta rica en frutas, verduras, cereales y legumbres puede ayudar a tratar y prevenir la enfermedad cardiaca, la hipertensión arterial , la diabetes, y el cáncer. Y que el manejo de la obesidad y el sobrepeso, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, y el cáncer es práctica diaria del profesional de la medicina y la enfermería de familia, y muy relacionadas con una alimentación no saludable.
Por todo ello, cada vez son más los artículos científicos que nos dicen que el conocimiento de la nutrición es esencial para el médico y la enfermera de hoy, y su ignorancia no es defendible (Ignorance of Nutrition Is No Longer Defensible). El Dr Barnard, autor del artículo del JAMA, recomienda cinco pasos que la comunidad médica puede hacer para abordar esta falta de conocimiento sobre nutrición: (1) La nutrición debe ser una parte necesaria de la educación médica continua para los médic@s de todo el mundo; (2) Los médic@s deben trabajar con dietistas; (3) La historia clínica electrónica deben incluir preguntas y folletos de nutrición personalizables; (4) Los médic@s son modelos a seguir y deben aceptar ese hecho modelando hábitos alimenticios saludables; (5) La comunidad médica debe apoyar entornos alimentarios más saludables.
A los estudiantes de medicina se les educa pobremente sobre nutrición, y necesitan más formación,. También los residentes reconocen tener pocos conocimientos y confianza para poder educar sobre nutrición a sus pacientes. Es necesario aumentar los conocimientos y habilidades sobre nutrición entre los estudiantes sanitarios, los residentes y los clínicos como nos dicen en el articulo de JAMA Nutrition Education in Medical School, Residency Training, and Practice.
Pero no solo eso, ya están en marcha iniciativas que van más allá de adquirir conocimientos sobre nutrición, ya que hay que aprender a cocinar sano. Por ello, la Universidad de Harvard ha lanzado su programa Healthy Kitchens, Healthy Lives, un espacio que reúne a las comunidades de chefs y cocineros, con comunidades de médicos y expertos en salud pública. Desde su página web nos lanzan las siguientes preguntas: ¿Cuántos médicos, enfermeras y otros profesionales de la salud están verdaderamente informados sobre la evidencia científica más reciente para distinguir los alimentos “saludables” de los menos saludables o no saludables? ¿Cuántos saben cuál es la mejor manera de involucrar con éxito a sus pacientes para mejorar sus elecciones alimentarias y estilos de vida? ¿Cuántos pueden servir como modelos a seguir, entrenadores y maestros para cambiar la forma en que las personas piensan acerca de comprar, preparar y disfrutar alimentos saludables y deliciosos?
Y nos
proporcionan los PRINCIPIOS DE MENÚS SALUDABLES Y SOSTENIBLES
- Sea transparente sobre el abastecimiento y la preparación.
- Compre productos frescos y de temporada, locales y globales.
- Recompense las mejores prácticas agrícolas.
- Aproveche las estrategias culinarias innovadoras y de inspiración mundial,
- Concéntrese en alimentos integrales mínimamente procesados.
- Haga crecer las opciones diarias, mientras honra las tradiciones de ocasiones especiales
- Ponga el foco en los mensajes de menú en torno al sabor.
- Reducir las porciones, enfatizando la calidad calórica sobre la cantidad.
- Celebre la diversidad cultural y el descubrimiento culinario.
- Diseñe los espacios del comedor para primar la salud y la sostenibilidad en la elaboración de los alimentos.
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