El consumo de tabaco y nicotina es la principal causa de muerte evitable en España; ocasiona
la pérdida de cerca de 60.000 vidas al año y
un coste humano, familiar y económico ingente. Para la pandemia del tabaquismo no hay vacuna, pero sí prevención; a través de la actuación de la ciudadanía, gracias
a sus representantes gubernamentales y
no-gubernamentales.
España ha firmado y ratificado el primer tratado universal
de salud pública,
el Convenio Marco
de
la OMS para el control del tabaco (CMCT). Debe también por ello actuar de forma valiente y contundente para cumplir con el
objetivo de éste: proteger a las generaciones presentes y
futuras contra las devastadoras consecuencias sanitarias, sociales, ambientales y económicas del consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco. Algo que debemos esforzarnos por conseguir sin reparos, sin restricciones, sin someternos a las injerencias de intereses
económicos, poniendo
de
forma clara y contundente la salud pública, en su más amplio por
encima de otros intereses particulares, por muy poderosos que éstos sean o puedan ser.
Mientras que la mayoría de los países de la Unión Europea definen, avanzan y consolidan sus
estrategias a corto y largo plazo en la lucha por el control del tabaco, quizá de una manera inconsciente España acaba plegándose a los intereses de la industria tabacalera, posponiendo
la protección del derecho a la salud de sus ciudadanos.
Ha llegado el momento de plantearse el objetivo de
conseguir que el consumo de tabaco sea residual y con una tendencia marcada a desaparecer en la sociedad española. Como durante
todos estos años la sociedad se ha ido empoderado, ya
no
solo exige la ampliación de los
espacios sin humo de tabaco o vapores y la protección de la salud de los ciudadanos, sino que
también aspira a un objetivo al final de camino, que marque cada una de las pautas y acciones,
de
las políticas y normativas a favor de la salud y contra de los intereses y actuaciones de unas industrias
que parecen
despreciar de la salud y bienestar de la población.
Para ello, diversas organizaciones de control tabaco, ha instado al Gobierno de España a establecer los cimientos de la primera generación sin tabaco en el año 2025 y llegar al final de la epidemia tabáquica, conocido internacionalmente por el tobacco endgame, en el año 2030, para, como muchos países europeos, salvar de forma decidida decenas de miles de vidas. Se plantean medidas a corto medio y largo plazo para abocar a partir de 2030 en una prohibición total de la venta de tabaco a las generaciones que vayan cumpliendo su mayoría de edad. En los últimos 15 años, la prevalencia disminuyó de media anual en 1,3% en varones y un 0,5% en mujeres. Al ritmo actual, precisamos 14 años en varones (2025) y 23 años en mujeres (2034) para bajar del 5%. Con nuevas medidas de control del tabaco, estos plazos podrían reducirse. Ver Declaración Endgame en España 2030
En
las NOVENAS JORNADAS CIENTÍFICAS DEL CEIPV. Madrid 18 noviembre 2021 se ha
hablado del Tobacco Endgame en España. Ver presentación de Rodrigo Córdoba . En la presentación se exponen las estrategias del endgame a corto, medio y largo plazo. Ya disponible video
Las
interferencias de la industria tabaquera en las políticas de control es uno de
los motivos para plantear el endgame. Esta interferencia está contemplada en el
artículo 5.3 del Convenio Marco. Cada año, esta industria invierte más de
US$ 9000 millones para anunciar productos de tabaco o que contienen nicotina
y, de forma creciente, los publicita a un público juvenil para ir reemplazando
los 8 millones de usuarios que fallecen cada año por consumirlos.
Además,
se explican tácticas utilizadas por la industria tabacalera y por empresas
relacionadas con esta, como la organización de fiestas y conciertos, la adición
a los cigarrillos electrónicos de aromatizantes con sabor a chicle o caramelo
para atraer a los jóvenes, la visita a las escuelas de representantes de esta
industria para hablar de productos como los cigarrillos electrónicos, y la
publicidad de estos productos y programas audiovisuales populares entre los
jóvenes.
Hay
varios países que están planteando estrategias ENDGAME, Por ejemplo, para 2025,
Nueva Zelanda, Irlanda, Suecia y Rumania; para 2030 Dinamarca, Para 2032,
Rusia, para el 2035, Escocia, para 2035 Canadá y para 2040 Finlandia. Eso
demuestra que es factible, social y políticamente, avanzar también por ese
camino.
En nuestro
país parece que hay voluntad de aplicar las estrategias de endgame del consumo de
tabaco por la ultimas noticias periodísticas aparecidas (EL PAIS). Para ello se necesitan
tres cosas: voluntad política para reformar leyes y aplicar medidas como la
subida del precio del tabaco, el más amplio apoyo parlamentario posible por
parte de los grupos políticos interesados en proteger la salud de la población, y el apoyo
social y científico para el avance de las políticas de prevención y control del
tabaquismo en España.
Desde
el PAPPS de semFYC todo nuestro apoyo para que el endgame sea una realidad en
España antes del 2030.
Rodrigo Córdoba y Paco Camarelles
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