La falta
de profesionales sanitarios en todo el mundo, y las pandemias mundiales
recientes y futuras, representan una amenaza para la salud según nos dice la Organización
Mundial de la Salud OMS. La falta de acceso a los servicios de salud más
esenciales y los costos no asumibles para muchos pacientes, hace necesario encontrar
urgentemente estrategias innovadoras que vayan más allá de las respuestas
convencionales del sector de la salud. La OMS recomienda que se utilicen las
intervenciones de autocuidado en todos los países y entornos económicos como
elementos críticos para lograr la cobertura sanitaria universal, promover la
salud, preservar la seguridad mundial y servir a las poblaciones vulnerables.
Pero no solo en países en desarrollo, también los países más desarrollados necesitan
fomentar el autocuidado de las personas para garantizar la sostenibilidad del
sistema sanitario.
Por
todo ello, se han publicado recientemente las Directrices de la OMS sobre intervenciones de autocuidado para la salud y el bienestar, revisión 2022.
Dentro del documento, me
parece interesante la figura que incluye las distintas formas del Autocuidado: la AUTOGESTIÓN (automedicación, autotratamiento, autoexploración, auto
inyección, autoadministración y auto utilización). El AUTOANÁLISIS (auto
muestreo, autodetección, autodiagnóstico, auto recolección y automonitoreo). Y
el AUTOCONOCIMIENTO (autoayuda, auto educación, autorregulación, autoeficacia y
autodeterminación).
Hasta un total de 37 recomendaciones hace la OMS para el autocuidado basadas en la evidencia, que están disponibles en una plataforma en línea con un entorno fácil de utilizar y de navegación sencilla, lo que permite el examen continuo de los nuevos datos e información. Algunas de las recomendaciones están dirigidas a países con bajos recursos, otras suponen un cambio de enfoque novedoso aplicable a países con sistemas sanitarios mas desarrollados como el nuestro, y que deberían ser valoradas e incorporadas si procede. Entre ellas el acceso a métodos anticonceptivos libres sin necesidad de prescripción como los anticonceptivos y la píldora del día siguiente, los autodiagnósticos de infecciones (VPH, VIH, HC, Coronavirus y otras como una aproximación adicional a los circuitos establecidos), la dispensación adicional de la profilaxis del VIH (PREP) en farmacias (tras test rápido VIH y medición rápida de creatinina), la auto medida de la tensión arterial y del INR por parte del paciente (pudiendo el paciente modificarse la dosis según un plan establecido con el profesional sanitario). Habrá que ponerse en marcha.
Paco Camarelles
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