lunes, 17 de marzo de 2025

¿Hay que sacrificar la atención al paciente en aras de la prevención? Atención Primaria y Prevención: ¿Dilema o sinergia?

Estas últimas semanas el artículo ‘‘Sacrificing patient care for prevention:distortion of the role of general practice’’ publicado en BMJ ha tenido una gran difusión, siendo recogido por blogs muy consultados en la medicina de familia y la Atención Primaria (AP) en España.

El artículo argumenta que la expansión de las recomendaciones de prevención clínica en AP ha tenido consecuencias no deseadas, desestabilizando el sistema de salud y desviando a los/as médicos/as de familia de su papel fundamental: el cuidado de las personas enfermas. Los autores proponen que la responsabilidad de la prevención primaria debería recaer más en la salud pública que en la AP. Aludiendo a que la expansión de las actividades preventivas ha llevado a que se requiera tiempo y recursos desproporcionados sin un beneficio clínico claro. Según afirman, para seguir todas las recomendaciones de prevención, un/a médico/a de AP en USA necesitaría 27 horas de trabajo al día, y más del 50% de este tiempo estaría dedicado a intervenciones preventivas.

Desde el grupo de Educación sanitaria y promoción de la Salud del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud (PAPPS) de semFYC hemos reflexionado sobre el planteamiento de los autores y sobre la aplicabilidad o no de sus propuestas para nuestra realidad. Os invitamos a leer la editorial de la Revista Atencion Primaria Atención Primaria y Prevención: ¿Dilema o sinergia?, que resume nuestro punto de vista.

En nuestro grupo nos hemos hecho muchas preguntas tras leer el articulo del BMJ: ¿Hay que sacrificar la atención al paciente en aras de la  prevención? ¿Son el foco curativo y el preventivo incompatibles? ¿Quién es el responsable de aplicar las actividades preventivas?.

Y hemos consensuado unos mensajes clave sobre atención y prevención en atención primaria.

1. Es necesario un equilibrio entre atención clínica y prevención en AP

  • Es esencial priorizar las actividades basadas en la evidencia.
  • La sobrecarga asistencial y la complejidad de las personas deben considerarse al planificar las intervenciones preventivas.

2. El papel de la AP en la prevención clínica

  • La longitudinalidad y el enfoque holístico permiten abordar determinantes de salud individuales.
  • La prevención clínica (consejo sobre tabaco, alcohol, actividad física) es efectiva y coste-efectiva.

3. Complementariedad entre Salud Pública y Atención Primaria

  • No se trata de elegir entre prevención clínica y salud pública, sino de integrarlas.
  • Salud Pública debe liderar las políticas y estrategias de prevención, pero AP es clave en la intervención individual y comunitaria.
  • Integrar en estas actividades preventivas a otros/as profesionales y entornos (TCAE, matronas, trabajo social sanitario, personal administrativo, farmacia y redes comunitarias)

4. La evidencia y el impacto de la prevención en la consulta

  • Hay un cuerpo sólido de evidencia sobre la efectividad de ciertas intervenciones preventivas en AP.
  • No realizarlas sería una mala práctica.
  • Integrar en las agendas espacios para el evaluación y mejora continua (cómo en las otras actividades de AP).

5. El modelo del PAPPS como referencia

  • Desde 1988, el PAPPS ofrece un modelo estructurado y basado en evidencia.
  • Se enfoca en intervenciones oportunistas, sin chequeos, priorizando personalización y trabajo colaborativo en el marco de los equipos de atención primaria.
Carmen Cabezas, Paco Camarelles, Rodrigo Córdoba, Asensio López y grupo de educación sanitaria y promoción de la salud del PAPPS de semFYC.

Nuestra postura sobre el articulo acaba de ser publicada en Rapid Responses del BMJ Re:Sacrificing patient care for prevention: distortion of the role of general practice

Dear Editor

 

From the Health Education and Health Promotion Group of the Program of Preventive Activities and Health Promotion (PAPPS) of the Spanish Society of Family and Community Medicine, we would like to contribute to the debate prompted by the publication of the insightful and necessary article, "Sacrificing patient care for prevention: distortion of the role of general practice," and to discuss the applicability of its proposals.

We believe achieving a balance between clinical care and preventive activities in Primary Care (PC) is essential. Priority should be given to evidence-based activities, and the overload of clinical duties and complexity of individual patients must be considered when planning preventive interventions.

The role of PC in clinical prevention is founded upon continuity and a holistic approach, enabling effective engagement with individual determinants of health. Clinical prevention (e.g., counseling on tobacco , alcohol , physical activity ) has proven both effective and cost-effective.

There is complementarity between Public Health and Primary Care. The choice is not between clinical prevention and public health but rather integrating both. While Public Health should lead in prevention policies and strategies, Primary Care is crucial for individual and community interventions. It is also necessary to involve other professionals and environments in preventive activities (midwives, social workers, administrative staff, pharmacies, and community networks).

 A robust body of evidence supports the effectiveness of specific preventive interventions in PC; not implementing them would constitute poor practice. Preventive activities should be integrated into healthcare agendas, allowing space for continuous evaluation and improvement, similar to other primary care activities.

Since 1988, the PAPPS has provided a structured, evidence-based model in Spain and Latin America, focusing on opportunistic interventions rather than check-ups, prioritizing personalized care and collaborative teamwork within Primary Care teams. The common challenge is making clinical prevention in primary care both feasible and sustainable.


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