domingo, 13 de marzo de 2022

Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular 14 marzo 2022. Nuevas guías europeas ECV


El día 14 de marzo es el Día Europeo para sensibilizar a la población general sobre la Prevención del Riesgo Cardiovascular. El Comité Español Interdisciplinario para la Prevención Vascular (CEIPV) ha dado a conocer su Nota de Prensa LA PREVENCIÓN VASCULAR UN ELEMENTO CLAVE PARA MEJORAR LA SALUD INDIVIDUAL Y POBLACIONAL. en la que nos informa sobre la importancia de la prevención de las enfermedades cardiovasculares y las últimas novedades en documentos sobre prevención cardiovascular y las políticas para hacerlas frente.

Una de las actividades del CEIPV está dirigida a mejorar la difusión y adaptación en España, de las Guías Europeas de Prevención Vascular. Como sabéis, en 2021 se han publicado las 2021 ESC Guidelines on Cardiovascular Disease Prevention in Clinical Practice, y por ello el CEIPV ha publicado recientemente en la Revista Española de Salud Pública un documento sobre las mismas: COMENTARIO DEL CEIPV A LAS NUEVAS GUÍAS EUROPEAS DE PREVENCIÓN CARDIOVASCULAR 2021.


Las nuevas guías presentan por primera vez un nuevo modelo para calcular el riesgo (SCORE2 y SCORE2 OP) de morbimortalidad vascular, con el establecimiento de diferentes umbrales de riesgo dependiendo de la edad. Además, se presentan diferentes algoritmos de cálculo del riesgo vascular y tratamiento de los factores de riesgo vascular para personas aparentemente sanas, pacientes con diabetes y pacientes con enfermedad vascular aterosclerótica. La intervención se divide en ETAPAS 1 y 2 poniendo énfasis en los estilos de vida. Con respeto a estos se recomienda:

  • Realizar actividad física moderada al menos entre 150 y 300 minutos a la semana (o entre 75 y 150 de actividad vigorosa o una combinación equivalente de ambas) y practicar al menos 2 días a la semana actividades de fortalecimiento muscular, de mejora de masa ósea y de flexibilidad.
  • Reducir los periodos sedentarios, con descansos activos cada 1 o 2 horas, incrementar el transporte activo y limitar el tiempo delante de una pantalla.
  • Adoptar una alimentación saludable y sostenible basada en alimentos frescos, de temporada y proximidad: comer al menos 5 raciones de fruta y verdura al día, cereales integrales, priorizar la proteína de origen vegetal (legumbres, frutos secos) y pescado, preferentemente azul, incorporando huevos, pollo, yogur natural y leche con moderación, y evitar carnes rojas o procesadas, alimentos precocinados, bollería industrial y bebidas azucaradas.
  • Evitar el consumo de bebidas alcohólicas, ya que es la única recomendación que evita los riesgos asociados a su consumo. Si se consume, cuanto menos mejor, y siempre por debajo de los límites de consumo de bajo riesgo: 10 gramos alcohol/día (1 Unidad de Bebida Estándar (UBE)) en mujeres y 20 g/día (2 UBE) en hombres, dejando algunos días a la semana libres sin alcohol y evitando los episodios de consumo intensivo; y en menores de 18 años, durante el embarazo y la lactancia materna se debe evitar completamente el consumo. Está ya muy claro El mito de la protección cardiovascular del consumo de alcohol.

  • Abandonar el consumo de tabaco en cualquiera de sus formas, incluido el tabaco calentado y productos relacionados como los cigarrillos electrónicos y evitar la exposición ambiental al humo del tabaco.

El artículo, cuyo primer autor en nuestro compañero Calos Brotons (grupo cardiovascular del PAPPS), finaliza con un listado de estrategias de prevención a nivel poblacional cuyo objetivo es reducir el riesgo atribuible de los factores de riesgo. Se propone crear entornos que fomenten unos estilos de vida saludables, modificando factores de riesgo como la inactividad física, la alimentación no saludable, el consumo de tabaco y alcohol, la exposición a la contaminación atmosférica y acústica (sobre todo el tráfico rodado) y el cambio climático. Esto se puede lograr mediante medidas urbanísticas que faciliten el transporte público y el transporte activo; medidas legislativas sobre el etiquetado, y el contenido de grasas trans, azucares o sal en los alimentos; regulación de la disponibilidad y venta, publicidad, etiquetado y empaquetado, y precios del tabaco y alcohol, medidas para reducir las emisiones de partículas pequeñas y contaminantes gaseosos. Todo ello muy en la línea con lo que estamos proponiendo desde hace años desde el PAPPS de semFYC.

Paco Camarelles

 


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