Una
dieta poco saludable es uno de los principales factores de riesgo de muerte
prematura y representa el 19% de la mortalidad total. En Europa, la proporción
de muertes relacionadas con la dieta es del 25%, y las principales causas de
morbilidad asociada con la nutrición son las enfermedades no transmisibles,
como las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, la diabetes y algunas
formas de cáncer. Dentro de los patrones de dieta saludable, la dieta
mediterránea es la que mayor nivel de evidencia ha demostrado, reduciendo la
morbimortalidad por enfermedades no transmisibles y es una de las que debería
recomendarse (excluyendo el consumo de bebidas alcohólicas), con un nivel de
recomendación alto. Ver notica semFYC
Por
otro lado, el sistema alimentario, que abarca la producción, el procesamiento,
la comercialización, la compra de alimentos y los comportamientos, recursos e
instituciones de los consumidores, es responsable del 20-30% de las emisiones
globales de gases de efecto invernadero. La mayoría de estas emisiones se
originan en el ganado de carne y lechero, incluyendo su alimentación y
transporte, que llegan a alcanzar el 80% de dicho efecto.
Para
dar una respuesta a esta situación, The Lancet Comission apoya una dieta
planetaria saludable a partir de sistemas alimentarios sostenibles que
favorezcan la protección frente al cambio climático, mejorando la calidad
alimentaria y un adecuado control de las enfermedades no transmisibles que
puede ocasionar la prevención de hasta 11 millones de muertes prematuras en
adultos por año.
La
dieta planetaria saludable tiene una ingesta calórica óptima y principalmente
está compuesta por alimentos de origen vegetal, bajas cantidades de alimentos
de origen animal, grasas insaturadas en lugar de saturadas, y cantidades
limitadas de granos refinados, alimentos altamente procesados y azúcares
añadidos. La dieta planetaria proporciona grupos de alimentos que combinados
mejorarían la salud humana y la sostenibilidad ambiental; es necesaria una
interpretación local que refleje la cultura y geografía de la población, en la
que, además de darle importancia al valor nutricional del alimento, se tendrá
en cuenta su origen, forma de producción, ausencia de tóxicos, transporte y
distancias recorridas, residuos generados, envasado, coste social y
medioambiental.
Consejos
para incorporar la dieta planetaria:
- Una dieta basada en vegetales, con variedad de frutas, verduras, frutos secos, legumbres…
- Evitar productos procesados y ultra procesados.
- Vegetales como fuente proteica de calidad y alternativa saludable a la proteína animal: legumbres, frutos secos y semillas.
- Alimentos producidos mediante métodos tradicionales ecológicos, sostenibles, naturales u orgánicos que respeten el ciclo natural de cada especie y el descanso de la tierra.
- Alimentos de pequeños productores locales, ecológicos, asegurando un bajo impacto por transporte y una economía de cercanía y calidad.
- Alimentos de temporada: informar sobre los calendarios de temporada de fruta, verdura e incluso pescado. Así estimulamos la producción local, evitamos el cultivo forzado, el uso de cámaras de refrigeración y la importación.
- Comprar en el mercado local y/o directamente a los productores de la zona, evitando grandes superficies y alimentos importados.
- Evitar producir residuos: escoger alimentos sin envoltorios, a granel, usando nuestras propias bolsas y recipientes.
- No tirar comida: planificar y almacenar correctamente los alimentos.
- Si se compra en el supermercado: leer e interpretar las etiquetas, tener en cuenta la procedencia, evitando los productos que proceden de lugares más lejanos y eligiendo los envases más sostenibles.
- En caso de consumir pescado, escoger el de zona de captura próxima, con método de pesca sostenible (pincho, trasmallo, nasas, palangre no industrial, caña, etc.) y de temporada.
- Comer menos carne. En caso de consumir productos de origen animal, escoger productores que cumplan los puntos anteriores.
- Adaptar los consejos a cada persona de forma flexible, según la geografía local, el contexto socioeconómico, las tradiciones culinarias y las preferencias personales.
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