La
conciencia de que las intervenciones conductuales, y el cambio de estilo de
vida, como un enfoque terapéutico esencial para abordar las enfermedades
crónicas se está intensificando entre los médicos y profesionales de la salud
de todo el mundo. Una vez reconocida como una estrategia de prevención, y también
una modalidad de tratamiento, la Medicina del estilo de vida puede ser la base
que necesitamos para transformar la atención de los enfermos en atención
médica. Este es el planteamiento que nos hacen desde el American College of Lifestyle Medicine.
Definen
la medicina en estilos de vida como el uso de terapias de estilo de vida
basadas en la evidencia, que incluyen una alimentación sana (predominantemente
vegetal), una actividad física regular, un sueño reparador, un manejo del estrés
adecuado, la evitación de sustancias de riesgo, y una conexión social positiva como modalidad terapéutica primaria,
administrada por médicos capacitados, para prevenir, tratar y a menudo revertir
la enfermedad crónica.
El enfoque de medicina en estilos de vida, da el paso fundamental de no solo usar los cambios en estilos de vida para prevenir sino para tratar enfermedades como la Hipercolesterolemia (2018 Guideline on the Management of Blood Cholesterol), la Enfermedad Cardiovascular (Key Points From the 2019ACC/AHA Guidelines on the Primary Prevention of Cardiovascular Disease) y la Diabetes (Lifestyle management standards of medical care in diabetes). Y podemos incluso aspirar a que la diabetes tipo II remita intensificando la intervención sobre estilos de vida (Association of an intensive lifestyle intervention with remission of type 2 diabetes).
El reto es integrar esta medicina en la práctica clínica superando las barreras que tienen los profesionales sanitarios para implementarla, y teniendo en cuenta el papel fundamental del paciente en el autocuidado y el automanejo de su enfermedad. Ver The Power of Lifestyle Medicine to Treat Disease.
Todo un reto
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