El día 1
de Octubre se celebró el” Día Mundial de las
personas mayores”. Coincidiendo con ello, desde el Ministerio de
Sanidad, se ha impulsado la publicación de un monográfico de Fragilidad,
que tiene por título “Promoción
del envejecimiento saludable a través del abordaje de la fragilidad”, en colaboración con la Revista Española de Salud
Pública.
El monográfico tiene como fin recoger distintas contribuciones, con artículos que permitan profundizar en los efectos de la fragilidad en la salud y calidad de vida de las personas mayores, con especial énfasis en los estudios realizados en relación a las actuaciones de prevención, diagnóstico y tratamiento de la fragilidad. Además, el próximo 20 de octubre se celebrará un webinar sobre “El presente y futuro de la fragilidad”. (Próximamente más información en la web ).
Según la OMS
la fragilidad se define como un deterioro progresivo, relacionado con la edad,
de los sistemas fisiológicos que provoca una disminución de las reservas de la
capacidad intrínseca, lo que confiere una mayor vulnerabilidad a los factores
de estrés y aumenta el riesgo de una serie de resultados sanitarios adversos.
En España, la prevalencia de fragilidad es del 18% (IC 95% 15-21%), según un reciente meta-análisis que en su mayoría incluía individuos de 65 años o más, siendo algo más baja en estudios a nivel comunitario 12% (IC 95% 10-15%) y mucho más alta en ámbitos no comunitarios (Atención Primaria, hospitales y residencias) 45% (IC95% 27- 63%). Estos datos unidos a que, en 2019, en España 9.057.193 personas (56,8% mujeres) tenían 65 años y más, representando el 19,3% de la población, y estimándose que en 2033 llegará al 25,2% y en 2066 al 34,6%, ponen de relevancia la importancia de abordar la fragilidad, pues si bien la fragilidad se asocia a la edad, se puede prevenir, identificar y revertir.
Reflejo de su importancia , el abordaje de la fragilidad, es una de las acciones priorizadas en la Estrategia de Promoción de la Salud y Prevención en el Sistema Nacional de Salud, y de ello se derivó la creación del Grupo de Trabajo para la prevención de fragilidad y caídas que elaboró el Documento de consenso sobre prevención de fragilidad y caídas en la persona mayor, que propone la evaluación e intervención sobre fragilidad en Atención Primaria.
El
abordaje de la fragilidad se enmarca en la promoción de un envejecimiento
saludable con el fin de impulsar mecanismos de promoción, prevención y atención
de salud de las personas mayores, garantizando su cuidado, pero también
preservando su valor social, como parte activa y necesaria de nuestra sociedad.
El envejecimiento poblacional y el aumento de la longevidad constituyen uno de
los grandes logros alcanzados y supone un reto para la transformación de los sistemas
sanitarios, estructuras en las que se debe alentar y facilitar a las personas
mayores a que mantenga un envejecimiento activo y saludable, con el fin de que
los s ganados de vida
que se vivan en buena salud.
La Atención Primaria (AP) y la comunidad
constituyen el medio asistencial primordial para el manejo de la fragilidad, y así
se destaca en el artículo del monográfico de fragilidad VISIÓN DEL MANEJO DE LA FRAGILIDAD EN ATENCIÓN PRIMARIA en el que han participado destacados miembros del Grupo de
Trabajo del PAPPS-semFYC del Mayor (Actualización PAPPS GdT Mayor 2020).
El aumento de la esperanza de vida no ha
supuesto un aumento similar de los años ganados en la calidad de vida o buena
salud, y se ha asociado a un incremento de enfermedades crónicas, fragilidad,
discapacidad y dependencia. Por ello el reto es fomentar el mantenimiento de la
capacidad funcional limitando la aparición de discapacidad y dependencia,
actuando en los factores que son modificables y, por tanto, sujetos a
intervención, como la fragilidad o la promoción de entornos saludables para las
personas mayores.
Elena Pola Ferrández
Soledad Justo Gil (1)
Área de Prevención. SG de Promoción de la Salud y Prevención. DG de Salud
Pública. Ministerio de Sanidad.
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