OMS Europa acaba de publicar su quinto informe COSI (Childhood Obesity Surveillence Initiative), un observatorio que forma parte de la
estrategia “United Action for better Health” del WHO European programme of
work dedicada al estudio y promoción de los estilos de vida saludables en la infancia.
Desde 2007 esta entidad recoge y analiza datos antropométricos de niños de 6 a 9 años de 33 países de Europa (intra y extracomunitarios). Disponiendo ya de una cohorte de más de 1,3 millones de criaturas. En la edición actual se ha incorporado un cuestionario voluntario a las familias participantes sobre alimentación, medio de desplazamiento a la escuela y uso de pantallas en tiempo de ocio. Entre sus conclusiones destacan:
- La prevalencia actual de
sobrepeso/obesidad infantil alcanza ya el 29% (31% en niños y 28% en
niñas).
- Tayikistán es el que
presenta una menor prevalencia (1% de obesidad y 6% de sobrepeso) mientras que Chipre
con el 43% de sobrepeso y 19% de obesidad es el de mayor prevalencia seguida
por Grecia.
- España comparte con Italia
el tercer lugar en este desafortunado pódium.
- Las tasas de obesidad /
sobrepeso son mayores entre las clases sociales más deprimidas en todos los países.
- Solamente el 13% de niños
españoles consume al menos una vez al día alguna ración de verdura y la ingesta
de al menos una pieza de fruta fresca al día se consigue en menos del 40% de
criaturas.
- Los peores hábitos se
asocian a mayor obesidad y a niveles educativos más bajos en sus progenitores (menos
niños desayunan, insuficiente ingesta de fruta fresca y verdura o consumo de
más refrescos azucarados) y menor actividad física.
- El 41% de los niños europeos se desplaza de forma activa a la escuela (andando, en bicicleta o en patinete tradicional). Mientras que en Tayikistán lo hacen el 98% en San Marino sólo el 6%.
La obesidad infantil es uno de los problemas de salud
emergentes a los que se enfrenta nuestra sociedad. La mayoría de estos niños se
convertirán en adultos obesos, desarrollando precozmente comorbilidad por
síndrome metabólico y otras entidades cardiovasculares o respiratorias,
patologías del aparato locomotor, algunos tumores como colón, mama, endometrio
o hígado graso. La obesidad implica pérdida de calidad y de expectativa de
vida, repercusión en su salud mental, mayor consumo de fármacos, de recursos
sanitarios y reducción de la productividad.
Evidentemente que el abordaje de la obesidad, en adultos
y en niños es complejo y multifactorial, por lo que debemos priorizar
estrategias que fomenten la promoción de estilos de vida saludables, con la
complicidad de políticos, sanitarios, docentes, familias, medios de
comunicación, industrias alimentarias y a responsables de marketing y control
de publicidad.
La actual crisis económica y energética, en la que la inflación ha disparado los precios de alimentos como fruta fresca y verdura, hace temer que disminuya todavía más su consumo en los próximos meses y empeoren los hábitos de las familias vulnerables. La actividad física debe fomentarse en la escuela, en el tiempo de ocio, en los desplazamientos y en el domicilio.
La pandemia, ocurrida en el último año del trienio que
recoge el estudio COSI 5, ha puesto de manifiesto la brecha en las poblaciones
más humildes, que disponen de viviendas más pequeñas y en barrios con menor
oferta de entornos para practicar actividad física y donde el ocio pantalla
parece la única opción.
Como sociedad científica SemFYC debe sensibilizar a la población y a sus dirigentes políticos para liderar un cambio de paradigma en que el modelo energético debe evolucionar a un modelo más sostenible para el planeta y saludable para sus ciudadanos. Y quizás, más que “subvencionar” el consumo de gasolina, se fomente con estrategias reales el consumo de alimentos de proximidad y temporada como la fruta fresca y la verdura en uno de los países más productores y menos consumidores de Europa paradójicamente. También se deben fomentar el transporte activo, y el incremento del número de horas y actualización de los contenidos de la asignatura de educación física escolar, fomentar las actividades extraescolares físicas que no deben asociarse siempre a competición y minimizar el consumo de ocio de pantalla.
Dra Montserrat Romaguera. Grupo de Trabajo Actividad
Física y Salud (semFYC)
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