Mientras
disfrutábamos este verano de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 donde
los mejores atletas del mundo competían en escenarios de postal, la OMS
publicaba un documento que recibimos como un canto en los dientes para volver a
la cruda realidad.
Si en
2013 no se consiguió el objetivo de reducir la inactividad física mundial el
10% con la implantación de la Estrategia
mundial de la actividad física y alimentación saludable para afrontar a la
obesidad y con ello el riesgo de
padecer enfermedades no transmisibles, ahora el nuevo Plan
2018 -2030 que pretende la ambiciosa reducción del 15% nos parece una utopía si analizamos
los datos de Lancet Global Health y del Banco Mundial que se sintetizan en un
documento de 16 páginas: Global levels of physical inactivity in adults. Off track for 2030.
En
síntesis:
- El 31% de la población
mundial NO alcanza las recomendaciones de actividad física de la OMS (publicadas
en 2020 y comentadas en este blog). En 32 países el porcentaje alcanza el 40% y
en 10 supera el 50%).
- En mujeres las tasas globales de inactividad alcanzan el 34%. Las regiones de América con 41%, sudeste asiático 45% y Oriente Medio 48% presentan los registros más preocupantes. Mientras que Europa 28%, Pacífico occidental y África 20% destilan cierto “optimismo”.
- A partir de los 60 años
las cifras de inactividad se incrementan en ambos sexos y en todo el planeta.
- Por regiones Asia “rica” (Japón,
Singapur y Corea del Sur) es la que presenta más inactividad (48%), mientras
que Europa la reconoce en el 25% y África en el 16% de sus habitantes.
- Los países con ingresos
económicos medios identifican un 38% de población inactiva, mientras que la
tasa representa al 33% de ciudadanos de países ricos y el 18% de ingresos
bajos.
- En el año 2010 el 26% de
la población mundial era inactiva y en 2022 ya lo era el 31%, por lo que, si se
mantiene esta tendencia, los modelos matemáticos prevén que en 2030 la inactividad
alcance el 38% en mujeres y el 32% de los hombres del planeta.
Los
autores del estudio, a pesar de las cifras, consideran que podemos ser
optimistas si se cumplen algunas premisas:
- Se necesita invertir en
políticas eficaces y priorizar recursos para no remar en la dirección
equivocada.
- Hay que generar alianzas estratégicas
frente a la crisis climática. Se necesitan políticas de transporte y
planificación urbana para fomentar la salud, los desplazamientos y se favorezca
el ocio activo.
- Las empresas deben
incentivar con recursos humanos y financieros la actividad física entre sus
trabajadores.
- Hay que invertir en
minimizar las barreras que limitan el acceso a la actividad en mujeres y en
mayores de 60 años.
- Se necesitan campañas de sensibilización en actividad física agradable, saludable y segura.
Si la
primera Estrategia Mundial no fue suficiente, no podemos cruzar los brazos y
repetir los mismos errores. Debemos encontrar recursos para invertir la inercia
con la complicidad de la medicina de familia, con los profesionales que más
vinculados están con la población más inactiva, la más frecuentadora en
nuestras consultas.
Desde los
grupos de Trabajo de actividad física de Camfic y SemFYC estamos comprometidos
en el Plan de la OMS. No pretendemos que nuestros pacientes se conviertan en
atletas olímpicos o paralímpicos, sino en ciudadanos con buena salud y calidad
de vida y debemos motivarles y prescribirles desde la consulta de forma
individualizada, conociendo los recursos que el entorno ofrece consiguiendo la
adhesión a la actividad.
Especialista en
Medicina Familiar i Comunitària
Especialista en
Medicina de l'Educació física i l'Esport
Coodinadora grup
CAMFIC "exercici i salut"
Coordinadora grupo
SEMFYC "actividad física y salud"
CAP Sort. Institut Català de la Salut ( Pallars Sobirà) Lleida
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