El
uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación está cada vez
más presente en nuestras vidas, alrededor del 68% de la población de 16 a 74
años las ha utilizado durante los últimos 3 meses. Además sabemos que
mayoritariamente utilizan el teléfono móvil para leer el correo electrónico (78%).
Algunos estudios indican que mensualmente se bajan entre 310.800 y 1.248.000
apps para ayudar a dejar de fumar (A Content Analysis of Popular Smartphone Apps for Smoking Cessation Am J Prev Med 2012). Analizar que uso se hace de las nuevas tecnologías en la ayuda al
fumador, conocer las nuevas teorías para nuevos métodos para dejar de fumar, saber
algo sobre su efectividad, investigar que fumadores las utilizan y que opinión tienen la población y
profesionales, son los objetivos de la ponencia “Nuevas tecnologías en la ayuda al fumador:
páginas web, correo electrónico y SMS para dejar de fumar”. Mesa ACTUALIZACIÓN: Nuevas tecnologías para ayudar al fumador: un reto desde
Atención Primaria. 35º Congreso semFYC Gijón 2015. (Ver presentación).
Con
respecto a los modelos teóricos aplicados para facilitar los cambios de
conducta con el uso de estas tecnologías, se está actualmente teorizando sobre
las bases que los sustentan. Al utilizar las nuevas tecnologías, las personas
tendrían en cuenta elementos tales como: el Feed-Back automático sobre la
conducta, la adaptación de la intervención a conductas cambiantes, la facilidad
del auto-registro y la información inmediata sobre las consecuencias de la
conducta en ese momento personal. Health behavior models in the age of mobile interventions:
are our theories up to the task? Transl Behav Med 2011.
En
relación a la efectividad, sabemos que el uso de mensajes por sms ha demostrado
efectividad, como herramienta de ayuda (Mobile phone-based interventions for smoking cessation. Cochrane Database of Systematic Reviews 2012). Sobre
la ayuda mediante correo electrónico hay pocos datos, con estudios pequeños y
valorados a corto plazo. En nuestro país se está desarrollando el estudio TABATIC,
que analizará el efecto a largo plazo (6 y 12 meses) en formato de ensayo
clínico, donde un grupo ha recibido ayuda mediante correos electrónicos,
enviados por su profesional. El uso de las aplicaciones móviles (APPS) aun esta
poco evaluada, solo se han publicado 2 artículos, con efectos no concluyentes,
pero con muestras muy pequeñas.
Por
último, se ha publicado recientemente un articulo realizado entre fumadores de
nuestro país, y sabemos que los fumadores utilizan en un 62,3% el correo
electrónico, un 74% mensajes por SMS y el 71,5% Internet. También nos ha
revelado que los factores más asociados al uso de TICs son: edad joven, clase
social media-alta, nivel educativo medio-alto y menor nivel de dependencia (Information and communication technologies for approaching smokers: a descriptive study in primary healthcare. BMC Public Health. 2015).
También
se sabe lo que opinan profesionales sanitarios y población fumadora, en
relación al uso de nuevas tecnologías. En general consideran que son
herramientas cómodas, económicas, que pueden ayudar en muchos aspectos de la
atención sanitaria (reducir tiempos de espera, pedir citas con facilidad,
recibir pruebas complementarias, etc). Por otra parte tanto pacientes como
profesionales:
- Conciben las aplicaciones como un complemento a la visita presencial, que la consideran insustituible en procesos de salud-enfermedad y especialmente en la deshabituación del tabaquismo.
- El uso de las TICs permiten intercalar mensajes/contactos entre visitas presenciales.
- Se debe tener en cuenta a quien se oferta las aplicaciones: si las podrá utilizar (disponibilidad de recursos y conocimientos sobre las nuevas tecnologías).
- Requerirán nuevas formas de comunicación entre profesionales.
- Es necesario un profesional sanitario detrás, encargado de ofrecer feedback y credibilidad a los pacientes que utilicen las aplicaciones.
En
resumen:
- Las nuevas tecnologías de la información están aún por ser estudiadas con profundidad.
- Las intervenciones son heterogéneas, aun no se pueden llegar a dar datos útiles sobre su efectividad.
- Es necesario que la población conozca y tenga confianza en el profesional que “está detrás” de las nuevas tecnologías.
- Parece haber un consenso en que son herramientas que ayudan al contacto personal.
Carlos Martin Cantera
Grupo de educación sanitaria y promoción de la salud del PAPPS
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