La
gran mayoría de fumadores son dependientes de la nicotina, por lo que tienen
dificultades, en mayor o menor medida, para abandonar el tabaco. Distintas
intervenciones han demostrado su utilidad para ayudar a dejar de fumar; sin
embargo, no siempre se proponen por parte de los profesionales y se llevan a
cabo. La mayor parte de los intentos de cesación se hacen sin ayuda. Sabemos
que en Atención Primaria se interviene menos de lo deseable. Muchas son las
razones de esta falta de intervención. Entre ellas, la percepción de que las
intervenciones son complejas, requieren tiempo, formación, y que los resultados
son inciertos. Actuaciones tan sencillas como un simple consejo, en el estilo
propio del profesional, puede tener un enorme impacto poblacional, aunque la
eficacia relativa aislada sea pequeña. Por otro lado, también sabemos que la
efectividad de las intervenciones es proporcional al tiempo empleado. A mayor
dedicación, mejores tasas de abstinencia.
¿Podríamos
entonces ofrecer una mayor intensidad de intervención sin sobrecargar la
consulta? ¿Cómo ofrecer un programa de ayuda amplio sin someterse a horarios concretos
y prolongados? ¿La eficacia de la intervención depende de la presencia del
terapeuta?
Entre
las intervenciones que ha demostrado eficacia en los ensayos clínicos y
metaanálisis están los programas a través de internet, y el empleo del móvil o
las tabletas como herramientas para dejar de fumar. Las intervenciones
a través de sms han demostrado que son eficaces, aumentando en un 70% las
posibilidades de abandono. A la luz de estos estudios y del vertiginoso avance
tecnológico, han proliferado grandes cantidades de aplicaciones para el móvil
para ayudar a dejar de fumar. La mayoría de ellas tienen un objetivo
comercial, y suelen proporcionar
consejos genéricos bienintencionados o son calculadoras de ahorro según el
tiempo que se lleva sin fumar, pero raramente se basan en intervenciones
basadas en la evidencia. Una reciente revisión
sistemática encuentra que tan solo 6 tienen algún nivel de base científica,
y 3 de ellas algún impacto en la abstinencia. Además, no todas están disponibles en Android o Apple. La
necesidad de no dejarse adelantar por las novedades tecnológicas y en ocasiones
por rentabilizar el producto, dificultan la elaboración de programas basados en
conocimientos científicos y la comprobación de su eficacia real. No podemos
descartar incluso la posibilidad de que las apps en las que no se aplican
elementos recomendados para dejar de fumar, puedan ser contraproducentes al
frustrar intentos de abandono.
Con
esta idea, y en este marco conceptual, nos planteamos desarrollar una app basada
en nuestra experiencia e interés en el tratamiento del tabaquismo, y sobre
todo, en las pruebas científicas que demuestran qué intervenciones son eficaces
para dejar de fumar. Pero, en lugar de una app como tantas, la idea de un robot conversacional o bot, antigua, aunque cada vez más en auge por el desarrollo de
las redes sociales, las aplicaciones de mensajería instantánea la tecnología de
inteligencia artificial y de interpretación del lenguaje natural, nos pareció
el vehículo ideal para el desarrollo de un programa telemático para ayudar a
dejar de fumar.
Pero ¿qué es un bot? Es un apócope de robot, consiste en un programa informático
autónomo que imita el comportamiento humano en tareas concretas. En este caso en
particular se trataría de un bot conversacional
(o chatbot), que se comunica con el usuario a través de una aplicación de
mensajería instantánea y que le va guiando por un programa de ayuda. El bot
interacciona con el usuario aplicando distintas técnicas de procesamiento,
entre ellas algunas del campo de la Inteligencia Artificial. Así, el bot, no
sólo ejecutaría lo que ha sido predefinido en su desarrollo, sino que tendría
la capacidad de aprender y mejorar a medida que se va alimentando de datos.
Esta capacidad de mejora y de comprensión del lenguaje del usuario le permite
además adoptar una apariencia más “humana”. Al contrario que las apps
habituales, el chatbot no hay que instalarlo, no tiene acceso a datos
personales ni los solicita, por lo que respeta la privacidad. El interfaz que
emplea es el de una app de mensajería, fácil de usar, y de uso común. El bot
responde al usuario a través de texto, pero también proporciona opciones de
respuesta, y ofrece enlaces que amplían la información, videos, imágenes o
cualquier otro formato. Este chatbot para dejar de fumar se ha diseñado
específicamente integrando componentes conductuales, motivacionales, de
resolución de problemas y prevención de recaídas estructurados en
intervenciones recomendadas por las guías de práctica clínica basadas en la
evidencia.
¿Qué
ventajas puede proporcionar un bot para dejar de fumar? La primera es la de su
gran accesibilidad. El usuario decide cuándo se conecta, el tiempo que le
dedica, sin tener que desplazarse, planificar una cita o perder horas de
trabajo, lo utiliza cuando y donde quiere. Lo hace a través de una aplicación
sencilla, que conoce y que utiliza continuamente para comunicarse. Al menos
teóricamente permitiría una intervención durante el tiempo suficiente para
considerarla intensiva, con lo que las tasas de abstinencia podrían ser
mayores. En tabaquismo, la intervención intensiva se diferencia de la breve en
que tiene una duración de más de 30 minutos, en más de 3 sesiones. Este formato
ofrece además una comunicación bidireccional, posible pero mucho menos ágil en
el caso de las apps o de algunos programas de sms ¿Cuáles podrían ser los
inconvenientes? A pesar de que el bot imita el comportamiento humano, no
sabemos cómo va a influir todo lo que no puede proporcionar un sistema
automatizado: el encuentro personal entre el profesional y el paciente, el
valor terapéutico de la relación, el estilo del profesional, la empatía, la
propuesta de apoyo intra tratamiento, la capacidad para la resolución de
dificultades inesperadas.
Para
conocer si verdaderamente el bot es eficaz para ayudar a nuestros pacientes a
dejar de fumar, hemos diseñado un ensayo clínico que hemos presentado a la
convocatoria FIS 2017, en la que se nos ha concedido una beca para el
desarrollo del proyecto, liderado por el Dr Eduardo Olano como investigador
principal. ¿En qué consiste? Es un ensayo clínico pragmático, en el que se
compara la abstinencia a los 6 meses, validada por carboximetría de los
pacientes que han seguido el programa a través del bot, con el manejo habitual
en las consultas de medicina y/o enfermería de atención primaria. El
tratamiento farmacológico se prescribe por el profesional en consulta médica,
ya que el bot no puede prescribir. La asignación a uno u otro tratamiento será
de manera aleatorizada. Está previsto que participen 460 fumadores, 230 en cada
rama. Podéis encontrar más información del proyecto en la página web DejaloBot. Actualmente estamos en
fase de captación de centros y profesionales de la Comunidad de Madrid para el
desarrollo del ensayo.
Cesar Minué y Eduardo Olano.
Grupo Abordaje al Tabaquismo GAT semFYC
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