La Encuesta de Condiciones de Vida (ECV)
es una operación de periodicidad anual que se realiza en todos los países de la
Unión Europea. Este año la ECV ha sido realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en colaboración con el Instituto de Estadística de Cataluña
(IDESCAT) en el ámbito de su comunidad autónoma, cuya muestra total efectiva
está formada por más de 34.000 persona. Me ha llamado la atención el eco que ha tenido el resultado de la encuesta en diario.es Menos deporte, más obesidad y menos visitas al médico: así es la brecha de salud entre ricos y pobres.
Según
los datos del año 2017, publicados en julio de este año, las personas con menor
nivel de formación y con menores ingresos realizan menos actividad física y
consumen un menor número de frutas y verduras.
Al
analizar los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida en relación con el Índice de Masa Corporal (IMC) un 36,6 %
de los participantes presenta sobrepeso y un 13,7 % presenta obesidad. Podemos
observar que el 44,1 % de las personas con un nivel formativo menor (Educación primaria o inferior) presentan
sobrepeso y un 21,7 % obesidad; mientras que aquellas personas con un nivel
formativo mayor (Educación superior) un 31% presentan sobrepeso y un 8,6 % obesidad. El
porcentaje en ambos grupos es superior en hombres, pues un 44,4 % presenta
sobrepeso y un 14,7 % obesidad en comparación con las mujeres, de las cuales el
29,2 % presentan sobrepeso y un 12,7 % obesidad.
También
destacan los datos relacionados con los ingresos,
en el que en el primer quintil, el que menos ingresos recibe, aparece un 36,9 %
de sobrepeso y un 15 % de obesidad. Por otro lado el quinto quintil, el de
mayores ingresos, los porcentajes de sobrepeso y obesidad son 33,7 % y 9 %,
respectivamente.
Imagen tomada del articulo Menos deporte, más obesidad y menos visitas al médico: así es la brecha de salud entre ricos y pobres
Otro
parámetro para reflexionar es el tiempo
medio semanal de ejercicio físico durante el tiempo de ocio. Siguiendo las
indicaciones de la Organización Mundial de la Salud, es importante realizar al
menos 150 minutos semanales de actividad física moderada.
Los
resultados muestran una media de 163 minutos semanales de ejercicio físico
durante el tiempo de ocio en personas con menor nivel formativo (Educación primaria o inferior) en comparación con
los 221 minutos semanales en personas con un nivel formativo mayor (Educación
superior). Así mismo también se observa una diferencia según la renta por unidad de consumo, en el que
el primer quintil (el más pobre) realiza un tiempo medio semanal de 180
minutos, mientras que el quinto quintil (el más rico) 232 minutos semanales de
ejercicio físico durante el tiempo de ocio.
imagen tomada del articulo Menos deporte, más obesidad y menos visitas al médico: así es la brecha de salud entre ricos y pobres
Y
otro dato que queremos destacar en esta entrada es el consumo de frutas y verduras. La Encuesta de Condiciones de Vida, muestra
datos relacionados con dicho consumo en el que las personas que se encuentran
en el primer quintil, realizan un consumo de un 39,3 % de verduras de una vez al día, mientras que el porcentaje aumenta a
41,6 % en aquellas situadas en el quinto quintil, las cuales realizan un
consumo de dos o más verduras al día del 27,7 % respecto al 19,1 % del primer
quintil. Situación
similar la que encontramos con el consumo de fruta, en la que se objetiva un consumo de fruta de dos o más veces
al día en el primer quintil del 30 % y en el quinto quintil del 43,8 %.
imagen tomada del articulo Menos deporte, más obesidad y menos visitas al médico: así es la brecha de salud entre ricos y pobres
Como
dijimos al principio, los datos muestran un menor tiempo de actividad física ,
un menor consumo de frutas y verduras y un mayor IMC, en aquellas personas con
un nivel formativo menor y con menor renta por unidad de consumo, que seguro que está relacionado
con un aumento de la morbilidad y peor estado de salud en estos
pacientes.
Tras
leer estos datos nos surgen una serie de preguntas para reflexionar: ¿por
qué está desigualdad en actividad física y alimentación? ¿Qué podemos hacer desde las consultas para
poder hacer desaparecer esta desigualdad? ¿Sabemos aconsejar a nuestros
pacientes, según sus condicionantes de vida, sobre actividad física y
alimentación? ¿Qué papel tenemos los profesionales sanitarios ante esta
situación?
María del Campo Giménez
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