lunes, 26 de noviembre de 2018

El consumo de riesgo de alcohol: un elefante en la consulta.

Cribar e intervenir sobre el consumo de riesgo de alcohol 


La USPSTF acaba de publicar en JAMA su revisión sobre la evidencia disponible de la efectividad del cribado y las intervenciones de asesoramiento para reducir el consumo de riesgo de alcohol, y sus efectos sobre la morbilidad, mortalidad, y los comportamientos de riesgo.También ha analizado la precisión de varios enfoques de detección. Screening and Behavioral Counseling Interventions to Reduce Unhealthy Alcohol Use in Adolescents and Adults US Preventive Services Task Force Recommendation Statement.
La USPSTF ha encontrado un beneficio neto moderado de la detección y las intervenciones breves de asesoramiento conductual para el consumo de riesgo de alcohol en adultos, incluidas las embarazadas (Recomendación grado B). La evidencia es insuficiente para evaluar el balance de beneficios y daños de la detección y las intervenciones breves de asesoramiento conductual para el consumo de riesgo de alcohol en adolescentes. Además, recomienda el uso del AUDIT-C para el cribado del consumo de riesgo de alcohol en Atención Primaria por su buena sensibilidad y especificidad para detectar todo el espectro del consumo de riesgo en diferentes poblaciones. Si sale positivo recomienda usar el AUDIT de 10 preguntas.

La recomendación va unida a la publicación de dos interesantes editoriales. La primera Screening for Unhealthy Alcohol Use nos dice que la implementación del cribado e intervención breve sigue siendo bastante baja, a pesar de la alta prevalencia del consumo de riesgo de  alcohol, su asociación con la mortalidad y la discapacidad, y la evidencia de la efectividad del cribado y la intervención breve. Por ejemplo, en los Estados Unidos, solo 1 de cada 6 pacientes informa haber hablado sobre el alcohol con su médico; las tasas en Europa son igualmente bajas. Incluso cuando se realiza el cribado, los cuestionarios validados se usan con poca frecuencia. Las razones de su baja aceptación pueden incluir desafíos relacionados con la implementación, y las percepciones de los médicos sobre sus roles. Nos dicen, además, que es poco probable que las intervenciones breves causen daños (a menos que se realicen de manera deficiente o se viole la confidencialidad), y las consecuencias del consumo de riesgo de alcohol van desde lesiones y suicidio, hasta cánceres y muchas enfermedades crónicas. Incluso pequeños cambios disminuyendo el consumo de alcohol, podrían mejorar los resultados de salud a nivel poblacional.
Otras razones que pueden explicar esta baja y deficiente implementación del cribado e intervención breve incluyen un tiempo limitado durante las visitas, una cultura de atención médica que no incorpora de forma eficaz los  cuestionarios estandarizados en la práctica clínica, una sensibilidad personal en torno al tema, poca confianza en las habilidades clínicas, y la percepción de que el abordaje del consumo de alcohol está fuera del rol del médico. Sin embargo, el público generalmente apoya las pruebas clínicas de detección del consumo de riesgo de alcohol. Y los pacientes que son evaluados y asesorados sobre el consumo de alcohol, informan haber recibido una atención primaria de alta calidad.
La segunda editorial Unhealthy Alcohol Use in Primary Care—The Elephant in the Examination Room aporta otra razón para la baja implementación: la dificultad de que los componentes de las intervenciones breves de asesoramiento conductual no están estandarizadas en cuanto al contenido, el suministro, la dosis o la duración. Y una idea importante, el consumo de alcohol contribuye a muchas enfermedades comunes, como la obesidad, la diabetes mellitus, la hipertensión y la depresión. Al abordar el consumo de alcohol, tales condiciones pueden controlarse más fácilmente y, en algunos casos, incluso resolverse. Algo frecuente en la consulta que nos pasa desapercibido en muchas ocasiones, y eso que tenemos al "elefante en la consulta".
De las dos editoriales hay que destacar dos ideas: 
  • Los pacientes esperan que les preguntemos sobre el consumo de alcohol, y es hora de que los profesionales sanitarios, con apoyo, lo proporcionemos.
  • Con tantos pacientes que acuden a la atención primaria con consecuencias perjudiciales del consumo de riesgo de alcohol,  es hora de detectar al elefante en la consulta.

Paco Camarelles

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