En
el reciente Encuentro PACAP2018 que se ha celebrado en Badajoz, presentamos esta Comunicación Oral, disponible aquí. Con ella intentamos, en primer lugar, hacer ver que los principales determinantes de pérdida de
salud, calidad de vida y gasto sanitario en nuestros pacientes son tabaquismo,
consumo de alcohol, inactividad física y alimentación no saludable.
A
continuación preguntamos: ¿En qué empleas mayoritariamente tu tiempo diario de trabajo?
O lo que es lo mismo: ¿Tienes en cuenta estos datos para establecer tus
prioridades con las personas a las que cuidas?
Intentamos
entonces, de acuerdo con las recomendaciones mundiales y las evidencias
publicadas, disipar cualquier duda sobre la efectividad de nuestra intervención
sobre estas conductas de riesgo: ¡Se obtienen resultados notables en salud y
calidad de vida! Y la eficiencia de nuestro trabajo, así como la satisfacción que
obtenemos con la misma, no dejan de aumentar con el tiempo.
Como
prueba, mostramos los resultados que venimos obteniendo en nuestra
Unidad-Escuela, donde ofrecemos desde 2007 programas interconectados para ayudar
a las personas que acuden -espontáneamente o derivadas por un compañero- a
dejar de fumar, reducir su exceso de peso o consolidar un estilo de vida activo.
Casi la mitad de los 700 fumadores atendidos seguía libre del tabaco un año tras
la intervención, y entre los 400 que acudieron para reducir su peso, los que finalizaron
el Programa (1 año) lo disminuyeron un 6,7%. Y en el conjunto de participantes se
duplicó largamente la actividad física en el tiempo libre y se redujo el 40% el
consumo de alcohol.
Además,
los beneficios "no buscados": muchos disminuyeron el número de fármacos, redujeron su riesgo de enfermar (de
un evento cardiovascular, de un cáncer...), se cansan menos, duermen mejor y se
sienten más dueños de su salud y de sus vidas, pues estas intervenciones
fomentan el autocuidado y reducen la medicalización.
Enumeramos
entonces algunos de los motivos de nuestra escasa implicación, destacando la
escasa formación y sensibilización que recibimos en pregrado, residencia y
postgrado sobre la importancia y en especial sobre cómo abordar las conductas no saludables (¡Observad su
escasa representación en los exámenes MIR y en los talleres y mesas de nuestros
congresos!).
Y
terminamos la presentación invitando a rebelarnos contra nuestra inercia, enfrentando
a los presentes al dilema ético contenido en el título: Si nosotros no le
hacemos la ecografía, no le extirpamos la uña encarnada o no le infiltramos el
hombro doloroso al paciente que tenemos delante, otro profesionales del SNS lo
hará. Incluso mejor que nosotros, ya que se dedica a eso específicamente... El
paciente esperará un poco más tiempo, pero no correrá un riesgo apreciable.
Pero si ni los enfermeros ni los médicos de familia les ayudamos a dejar de
fumar, perder el peso excesivo y consolidar un estilo de vida activo... ¿Quién
lo hará? La respuesta la conocemos: nadie, en nuestro SNS.
Buena
parte de estas personas participarían en
programas de ayuda para modificar sus peligrosas conductas, si se les ofreciesen
en su centro de salud. Os aseguramos que las tareas no son complicadas, cada
vez resultan más eficientes, carecen de riesgo, tienen un coste insignificante
y son altamente satisfactorias para ellos y para nosotros...
Creo que te
toca mover ficha.
Emilio
Salguero Chaves. Enfermero. Médico de Familia. Centro de Salud
"Valdepasillas", de Badajoz. E-mail: emilio.salguero@gmail.com .
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