Disponemos de evidencia científica,
de hace años, de que la Terapia Sustitutiva con Nicotina TSN puede ayudar a los
fumadores a dejar de fumar Nicotine replacement therapy versus control for smoking cessation. La TSN está disponible como pulverizadores (en
la nariz o boca), inhaladores, chicles, pastillas, tabletas y parches dérmicos.
Pero ¿Cuál es la mejor forma de utilizarla? Los fumadores que usan una
combinación de TSN tienen más probabilidades de dejar de fumar con éxito que aquellos
que usan un solo tipo. Este es el mensaje principal, respaldado por evidencia de
alta calidad, en la nueva Revisión Cochrane que acaba de ser publicada Different doses, durations and modes of delivery of nicotine replacement therapy for smoking cessation. Disponible En español
Se ha realizado una revisión
sistemática de 63 ensayos, con 41,509 fumadores en su mayoría adultos, que
querían dejar de fumar. La mayoría fumaba al menos 15 cigarrillos día al
comienzo. Han encontrado que las personas que usan un parche de nicotina junto con
otro tipo de TSN, como las chicles o comprimidos, tienen más probabilidades de
dejar de fumar durante seis meses o más que las personas que usan solo un tipo
de TSN.
El uso de una dosis más alta de chicle de nicotina incrementa
el éxito en el abandono que una dosis más baja (4 mg de nicotina versus 2 mg).
La evidencia es menos cierta con respecto a las dosis de nicotina en parches dérmicos,
pero los parches de nicotina en dosis más altas (que contienen 21 mg)
probablemente aumentan la probabilidad de dejar de fumar que los parches de
dosis más bajas (14 mg). Hay evidencia de certeza moderada de
que la administración de la TSN antes del abandono puede mejorar las tasas de éxito
versus su administración desde el día del abandono solamente; sin embargo, se
necesita investigación adicional para asegurar la solidez de este resultado.
Sabemos que el núcleo del consumo de
tabaco es la adicción a la nicotina, y que hay que tratarla con dosis adecuadas
y combinadas de nicotina, si usamos TSN, como hemos visto en la revisión Cochrane.
Y quizás es el momento de que los profesionales sanitarios repensemos nuestro abordaje
del tabaquismo, como nos proponen en Medscape “Don't Use the Word 'Quit' to Get Patients to Stop Smoking”. En el artículo nos dicen que es importante comprender
que los fumadores están luchando a diario en una batalla biológica muy real
entre el pensamiento racional de que fumar puede matarlos y una poderosa fuerza
de supervivencia que les dice que no dejen de fumar. En este estado “gris”
pasan mucho tiempo hasta que dejan de fumar, y el reto es acortar en lo posible
este periodo.
Los autores nos dicen que:
"El fumador tiene 16 veces más
probabilidades que un no fumador de usar heroína y 14 veces más probabilidades
de usar crack. Cuando se ayuda a las
personas a controlar su dependencia del tabaco al mismo tiempo que se controla
su adicción a otras sustancias, la probabilidad de dejar de consumir las otras
sustancias aumenta en un 25%, todo ello relacionado con la biología de la dependencia.
Y persuadir a los pacientes para que terminen una sola adicción a la vez no es
una estrategia útil.
Fumar no se trata de un déficit de
motivación para dejar de fumar, sino de un exceso de motivación para seguir
fumando.
Para cambiar la conversación, se recomienda preguntar a
los pacientes acerca de fumar en lugar de hacerlo sobre dejar de fumar. Cuando los pacientes comienzan a pensar en sus comportamientos
e instintos de una manera consciente, pueden comenzar a resolver sus problemas,
eliminando las escusas para no abandonar el tabaco.
Los profesionales sanitarios deberíamos
cambiar la conversación con el fumador con un sistema de "Validar, Replantear,
y Repetir". Primero
Validar lo que el paciente dice sobre la experiencia de fumar al reconocer que
las luchas son reales. Luego Replantear que el tabaquismo es una adición a la
nicotina y que puede ser útil el uso de TSN. Y Repetir que estamos ante un
problema crónico que lleva mucho tiempo para superarse".
Paco Camarelles
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