lunes, 23 de diciembre de 2019

La amabilidad y la bondad en la atención sanitaria.


Una de las historias de liderazgo más conocidas del siglo XX es el encuentro del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, con un conserje cuando visitó por primera vez el centro espacial de la NASA. Cuando el presidente le preguntó qué hacía en la NASA, el conserje respondió: "Estoy ayudando a poner a un hombre en la luna". Esta historia nos dice todo lo que necesitamos saber sobre el propósito y el significado en el que trabajaba el conserje. Si bien poner a un hombre en la luna es, claramente, una misión emocionante, en la atención médica tenemos una aún mejor: mejorar la salud y el bienestar que están en el centro de lo humano. Se trata de inspirar esperanza, compasión y amabilidad en las comunidades y las poblaciones.

Cada vez disponemos de mayor evidencia sobre la importancia de la familiaridad y la bondad para la salud y el bienestar. La amabilidad y la bondad pueden ser disruptivas y cambiar las relaciones entre personas, instituciones y organizaciones. El reto es balancear lo "racional" con lo "relacional",  para que los dos lenguajes estén equilibrados. Lograr esto requiere un gran cambio desde un enfoque dominante centrado en la inspección, la relación calidad-precio, la evidencia, los objetivos, los límites organizacionales y profesionales, los datos cuantitativos y la responsabilidad, hacia un enfoque más equilibrado que enfatice en las relaciones, las conexiones, los desafíos y la confianza.

Una barrera importante es el sesgo inherente de nuestros sistemas de medición, que valoran los datos cuantitativos mucho más que las medidas y resultados cualitativos centrados en la atención médica. La amabilidad se ha descrito durante demasiado tiempo en términos de disculpa y las personas son reacias a usarla como herramienta porque  la ven como "suave y esponjosa".  Quizás debamos comenzar a valorar la bondad por lo que realmente es: la misión y el propósito de la asistencia sanitaria.

 Un estudio sobre el papel de la amabilidad en la mejora de los resultados en pacientes con cáncer identificó seis tipos de bondad: la escucha profunda, la empatía clara, los actos generosos de esfuerzo discrecional que van más allá de lo que esperan los pacientes y las familias, la atención adecuada que reduce el estrés y la ansiedad, la honestidad amable en las discusiones y conversaciones, y un atento apoyo para las familias y cuidadores. Todos deben estar en el centro de la atención médica, dándonos un propósito, significado y satisfacción y alegría en nuestro trabajo.

La bondad es un ingrediente esencial en la atención médica porque la emoción que experimentan las personas al recibir o dar amabilidad puede proporcionar el coraje necesario para actuar. Como explica Samuel Johnson, el escritor del siglo XVIII, "Cultivar la bondad es una parte valiosa del negocio de la vida".

 
Traducción libre y con defectos del BMJ Navidad 2019. Kindness: an underrated currency
Paco Camarelles






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