Una
de las historias de liderazgo más conocidas del siglo XX es el encuentro del
presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, con un conserje cuando
visitó por primera vez el centro espacial de la NASA. Cuando el presidente le
preguntó qué hacía en la NASA, el conserje respondió: "Estoy ayudando a
poner a un hombre en la luna". Esta historia nos dice todo lo que necesitamos
saber sobre el propósito y el significado en el que trabajaba el conserje. Si bien poner a
un hombre en la luna es, claramente, una misión emocionante, en la atención
médica tenemos una aún mejor: mejorar la salud y el bienestar que están en
el centro de lo humano. Se trata de inspirar esperanza, compasión y
amabilidad en las comunidades y las poblaciones.
Cada
vez disponemos de mayor evidencia sobre la importancia de la familiaridad y la
bondad para la salud y el bienestar. La amabilidad y la bondad pueden ser disruptivas y
cambiar las relaciones entre personas, instituciones y organizaciones. El reto
es balancear lo "racional" con lo "relacional", para que los dos lenguajes estén equilibrados.
Lograr esto requiere un gran cambio desde un enfoque dominante centrado en la inspección,
la relación calidad-precio, la evidencia, los objetivos, los límites
organizacionales y profesionales, los datos cuantitativos y la responsabilidad,
hacia un enfoque más equilibrado que enfatice en las relaciones, las conexiones,
los desafíos y la confianza.
Una
barrera importante es el sesgo inherente de nuestros sistemas de medición, que
valoran los datos cuantitativos mucho más que las medidas y resultados
cualitativos centrados en la atención médica. La amabilidad se ha descrito
durante demasiado tiempo en términos de disculpa y las personas son reacias a
usarla como herramienta porque la ven
como "suave y esponjosa". Quizás debamos comenzar a valorar la bondad por lo que realmente es: la misión y el propósito de la asistencia
sanitaria.
Un estudio sobre el papel de la amabilidad en
la mejora de los resultados en pacientes con cáncer identificó seis tipos de bondad: la escucha profunda, la empatía clara, los actos generosos de esfuerzo
discrecional que van más allá de lo que esperan los pacientes y las familias, la
atención adecuada que reduce el estrés y la ansiedad, la honestidad amable en
las discusiones y conversaciones, y un atento apoyo para las familias y
cuidadores. Todos deben estar en el centro de la atención médica, dándonos un
propósito, significado y satisfacción y alegría en nuestro trabajo.
La bondad
es un ingrediente esencial en la atención médica porque la emoción que
experimentan las personas al recibir o dar amabilidad puede proporcionar el
coraje necesario para actuar. Como explica Samuel Johnson, el escritor del
siglo XVIII, "Cultivar la bondad es una parte valiosa del negocio de la
vida".
Traducción
libre y con defectos del BMJ Navidad 2019. Kindness: an underrated currency
Paco Camarelles
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