Muchos de los estudiantes actuales de nuestras facultades de medicina van a ser médicos de familia. En muchas ocasiones, los mensajes que reciben sobre nuestra especialidad no son nada positivos, calificándola como un fracaso y/o perdida de poder ejercer una medicina hospitalaria altamente tecnificada, cualificada y de prestigio. De todo ello nos habla Helen Salisbury en The complexity and joy of general practice en el BMJ. Helen nos relata en el artículo la complejidad y la alegría de ejercer como médico de familia. Pese a todas las dificultades con las que nos encontramos, seguimos amando ser médicos de familia: “Lo que hacemos es a veces simple pero satisfactorio. Es encontrar el antibiótico adecuado para tratar una infección o diagnosticar una condición autolimitada y poder tranquilizar a un paciente que temía lo peor. Pasamos mucho de nuestro tiempo con pacientes que tienen muchas cosas mal; en estos casos, estamos haciendo malabarismos sin fin con los medicamentos y los síntomas de varias condiciones diferentes, y la complejidad de este trabajo es intelectualmente estimulante. Junto con nuestra capacitación técnica, la herramienta más poderosa que tenemos para ayudarnos a determinar qué está mal, y qué debemos hacer al respecto, es nuestro conocimiento del paciente. Sabiendo cómo caminan y hablan normalmente mis pacientes, como de tranquilos o preocupados suelen estar, puedo detectar cuándo no se encuentran bien y noto cuándo han perdido peso o están menos alertas que antes. Si tengo la suerte de conocer también a su familia, puedo tener pistas sobre por qué se han producido estos cambios o la causa de sus preocupaciones. Aunque la relación es asimétrica, mis pacientes también me conocen. Cuando estoy haciendo bien mi trabajo, confían en mi compromiso con ellos (a pesar de mis problemas con el tiempo) y juntos tomamos decisiones difíciles y exploramos los límites de la medicina. Estoy incluido en los momentos importantes de la vida de mis pacientes: nacimientos y muertes, duelos y alivios. No soy un médico cualquiera, soy su médico. No es un trabajo fácil, pero es infinitamente fascinante y profundamente satisfactorio. El desafío para nuestros líderes políticos es crear una Atencion Primaria donde esta forma de practicar pueda florecer, para mantener los médicos de familia que tenemos y atraer a más médicos a la comunidad".
Estando
completamente de acuerdo con Helen, no hay que olvidar la situación en la que
estamos. Pese a que la mayoría de las plazas ofertadas en el
MIR 2022 son de Medicina de Familia Y Comunitaria MFyC, las preguntas con más representación
en el examen son de ginecología, pediatría y psiquiatría. Aunque este año han
aumentado las preguntas de MFyC, se sigue con la subestimación de esta. Prestigiar
nuestra especialidad pasa por la enseñanza de esta en la Universidad, y que el examen MIR aumente significativamente el número de preguntas especificas de nuestra especialidad. La actividades
preventivas y de promoción de la salud son una parte importante de La MFyC, y este año el MIR 2022 nombra a nuestro programa PAPPS., lo que supone un pequeño avance.
Maria
del Campo, JMF del Grupo de educación sanitaria y promoción de la salud del
PAPPS, nos pide ayuda para contestar esta encuesta sobre actividades preventivas. La encuesta va dirigida a residentes, JMF, tutores, y también docentes
universitarios. Con tus respuestas nos ayudarás a conocer cómo es la realidad
de las «Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud» y a seguir
creciendo como especialidad médica.
Muchas
gracias por vuestra participación.
Paco
Camarelles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario