En
2004 la OMS publicó la Estrategia Mundial sobre Régimen alimentario, Actividad Física y Salud con el propósito de intervenir sobre los principales factores de riesgo
que influyen en la aparición de las enfermedades no transmisibles, que son las
responsables del 60% de la mortalidad mundial.
En ese
documento se hacía hincapié en las diferencias entre países más o menos
desarrollados teniendo en común los mismos factores determinantes: mayor
consumo de alimentos hipercalóricos con alto contenido en grasas, azúcares y
sal; menor actividad física en el hogar, la escuela y en el entorno laboral el comportamiento sedentario, o el uso de automóviles en
los desplazamientos
Evidenciando
que las enfermedades no transmisibles contribuyen a una pesada carga económica
para los sistemas de salud se ambicionaba desarrollar programas transversales
que implicaran a gobiernos, ONG, sistemas de salud, medios de comunicación o
empresas hacia políticas de fomento del urbanismo activo encaminados a promover
una alimentación sana y actividad física
entre la ciudadanía.
La
obesidad se ha convertido en epidemia. El grupo que más preocupa desde el
sector sanitario es el de niños y adolescentes ya que, con la aparición de
pantallas y dispositivos móviles, uso de patinetes eléctricos, cada vez se
mueven menos. Entre los efectos colaterales de la obesidad
destacan la diabetes, las afecciones cardíacas o la depresión con alto impacto
económico sobre los servicios de salud y, por tanto, las pérdidas por muerte
prematura o discapacidad pérdidas en productividad , con el lastre que sus
costes económicos implican.
Estamos
lejos de conseguir el objetivo de la OMS de reducir la inactividad física en un
10% en 2025. La tendencia iba en aumento entre el 2001 y el 2016, pero el
confinamiento forzado durante la pandemia del COVID ha contribuido aún más en
este incremento.
Este
2023 se ha consensuado la Alianza Global para la Promoción de la Actividad Física: Declaración de Hamburgo con el aval de 139 organizaciones
científicas de todo el mundo incluido el Comité Olímpico Internacional Y 2
entidades españolas (La Universidad de Zaragoza y FEMEDE, la Federación de
Médicos del Deporte). El documento aporta el compromiso de propuestas más
concretas centradas principalmente a la formación de profesionales de la salud y
en el fomento de la actividad física en el entorno comunitario.
La
Declaración de Hamburgo representa un nuevo compromiso internacional para tomar
todas las acciones necesarias para augmentar la actividad física y mejorar
salud y calidad de vida impulsando el cambio del comportamiento individual y
colectivo en la comunidad. Para ello se pide a los responsables políticos
nacionales e internacionales su implicación en la prescripción de la actividad
física y el ejercicio como si fueran fármacos desde nuestras consultas.
Concretando,
en la Declaración de Hamburgo se proponen acciones como:
- Promover
la actividad física como medicamento. Utilizando los medios de comunicación
actuales, las nuevas tecnologías y los nuevos roles de influencia juvenil para
transmitir el mensaje de que la salud y el bienestar empiezan en casa. Que la
actividad física es la mejor medicina y que vale más prevenir que curar.
- Promover
la prescripción de ejercicio físico en las consultas de Atención Primaria. Cada
profesional médico tendría que poder utilizar la actividad física como terapia
para sus pacientes. Está demostrado que las recetas estándar de ejercicio
físico consiguen resultados terapéuticos iguales o mejores que los tratamientos
farmacológicos tradicionales.
- Promover
los “hospitales activos” donde se incorpora la actividad física en los planes
de tratamiento tanto durante el ingreso como en el alta hospitalaria. Esto podría
reducir la inactividad física de los pacientes, mejorar las habilidades de
comunicación del personal y crear colaboraciones con los clubs deportivos locales,
por ejemplo. Ya hay experiencias en algunos países europeos como en Holanda “ Exercise : Medicine” o en
Suecia “ Physical Activity on Prescription”.
- Individualizar
la prescripción de actividad física en función de los factores de riesgo personales
y del entorno incluyendo variaciones en el tipo de ejercicio, intensidad,
frecuencia y duración del mismo.
- Potenciar
la investigación sobre la predisposición genética a sufrir eventos relacionados
con enfermedades no transmisibles de modo que se podría contribuir más a la
prescripción. Se necesita generar nuevas
evidencias con estudios científicos. La mayoría proviene de estudios de
cohortes. Hay una necesidad urgente de realizar ensayos clínicos bien diseñados
en poblaciones minoritarias.
- Para
conseguir estos objetivos hemos de invertir en mejorar los conocimientos de nuestros estudiantes
de las facultades de Ciencias de la Salud y a los residentes de Medicina desde
las Unidades Docentes, sobre todo.
- Fomentar
las últimas tecnologías para aumentar motivación y adherencia en materia de
ejercicio físico mejorando la prescripción individualizada de la actividad física
y su gestión. La tecnología como los wearables de consumo (como los
dispositivos inteligentes) pueden influir positivamente en la población general
a una mayor aceptación de la actividad física y con más beneficios en salud y
bienestar.
- Hacerlo
fácil y divertido para que las personas se inicien en la práctica de ejercicio
físico mediante la gamificación, las recompensas y la creación de comunidades.
(Como en su momento lo consiguió el fenómeno Pokemon-Go).
- Organizarnos
como lobby de presión hacia gobiernos, empresas y ONG para invertir en
actividad física, y la inclusión del ejercicio y el deporte en políticas de
salud. Hemos de hacer entender que esta inversión salva vidas, ahorra dinero y
mejora a la sociedad.
- Potenciar
las “Ciudades Deportivas globales activas e inteligentes” basándose en la idea
de integrar la actividad física en la vida urbana cotidiana y creando
condiciones para permitir a los ciudadanos vivir una vida activa mediante la
interacción de la tecnología inteligente y la planificación urbana creando un
sistema de transporte más sostenible y seguro promoviendo los desplazamientos
activos
Como
profesionales de salud nos felicitamos por el liderazgo de nuestros compañeros
e instamos a todos los médicos y enfermeras de familia, a semFYC y a sus miembros,
a adherirnos y reivindicar sus peticiones en el entorno de la Atención Primaria
de nuestro país. La Atencion Primaria debe ser una parte fundamental de la promoción
de la Actividad Física.
Dra Montserrat Romaguera
Dra
Laia Santasusagna
Médicos de familia y del deporte. Grupo
de Trabajo “Exercici i salut” CAMFIC. Grupo
de Trabajo “Actividad física y salud” semFYC