"Decía
JW Goethe que «No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente
querer, se debe también hacer». Y es que, a pesar del constante progreso de la
investigación científica, persiste una desconexión entre el conocimiento
generado por la investigación y su aplicación en la práctica clínica. Por ello
es necesario transformar ese conocimiento en acciones que beneficien al
paciente, a la familia y a la comunidad. Muchas intervenciones basadas en la evidencia
no se implementan ni difunden de manera adecuada, lo que limita su impacto en
la mejora de la salud y el bienestar poblacional. Se ha identificado que existe
una brecha de hasta 17 años entre los avances en investigación y su puesta en
práctica. Además, tan solo uno de cada 5 avances científicos se incluye en la
práctica clínica habitual, y menos de la mitad de las guías clínicas se
implementan de forma efectiva en la práctica, con variaciones dependiendo del
tipo de intervención, nivel de atención y contexto geográfico. El desafío de
transferir la evidencia científica a la práctica es por tanto ingente".
Esta
es la introducción del recientemente publicado artículo en la revista Atencion Primaria:
“De la evidencia a la práctica: la Ciencia de la Diseminación e Implementaciónen atención primaria y comunitaria.”
El
articulo analiza la transferencia del conocimiento a la práctica y en Atención Primaria y Comunitaria APyC, explica que es la Ciencia de la Diseminación e
Implementación (CDI), y nos informa por dónde empezar en esta Ciencia:
principios, enfoques y herramientas clave para la utilización de la CDI, y modelos, teorías y marcos conceptuales.
Finalizando con un análisis de cómo es la aplicación práctica de esta Ciencia, y el diseño o selección de estrategias de
implementación.
Los autores concluyen que la CDI ofrece un amplio espectro de aplicaciones prácticas en APyC. Sus contribuciones son valiosas en distintos niveles, desde la formulación de políticas sanitarias hasta la intervención clínica individual. El fin principal es siempre mejorar la calidad asistencial mediante la implementación sistemática y de amplio alcance de programas o intervenciones basados en la evidencia. Para lograrlo, es fundamental diseñar el proceso de implementación con un enfoque adecuado, seleccionar modelos teóricos óptimos, coordinar esfuerzos con agentes clave y adaptar las intervenciones al contexto, encontrando el equilibrio entre la contextualización y la generalización. Existen oportunidades para la CDI en APyC, como la integración de tecnologías digitales en la atención sanitaria, la evaluación de efectividad e implementación de programas preventivos, la colaboración interdisciplinaria y la formación de redes de aprendizaje. La CDI es clave para mejorar la implementación de prácticas valiosas en APyC y mas aun en todo el espectro de las actividades preventivas.
Es
preciso avanzar en la ciencia de la implementación y difusión de las
intervenciones clínicas, y más aun en la implementación de las actividades preventivas en la práctica clínica.
¿Nos acompañas?
Paco Camarelles
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