Un estudio publicado recientemente en la revista Alcoholism Clinical and Experimental Research ha analizado la relación entre consumo de alcohol en el embarazo y las secuelas en el nacimiento o en el desarrollo de los niños, siguiendo a 992 mujeres durante su embarazo. Ya se conocían el conjunto de signos y síntomas que pueden aparecer en los niños expuestos al alcohol durante el embarazo (el llamado síndrome alcohólico fetal SAF que se caracteriza por retraso en el desarrollo físico y mental, alteraciones craneoencefálicas y articulares), pero no sabíamos su relación con la cantidad de alcohol ingerido y el momento del embarazo en que se ingiere. Para ello se han analizado los patrones de consumo de alcohol en embarazadas anteriores al embarazo, y durante los tres trimestres. Los resultados nos dicen que la exposición prenatal elevada al alcohol se asocia significativamente con mayor riesgo de tener menor tamaño y peso al nacer, y con malformaciones craneales como la microcefalia y otras. Existe asociación entre el momento de la exposición al alcohol y las distintas malformaciones en la cara. El estudio concluye en que no hay límite seguro de consumo de alcohol en el embarazo.
Está claro que el alcohol es un teratógeno que puede tener efectos devastadores en el desarrollo del embrión y el feto, y que los efectos más profundos de la exposición al alcohol gestacional son los cognitivos, de comportamiento y del desarrollo cerebral. Pero los efectos de la exposición al alcohol gestacional son más amplios que los que se describen como SAF. El trastorno relacionado con el alcohol (ARND) es una variante del SAF en la que los niños presentan las alteraciones emocionales y conductuales pero no las somáticas, por lo que su diagnóstico es más difícil. En España es un problema que se ha descrito en familias que adoptan niños procedentes de Europa Oriental.
Vale la pena ver el video con el caso de Iyal (ARND)
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