El New
York Times tiene una interesante sección blog (“Well”) en la que se habla de
salud y bienestar. La publicación de una reciente entrada titulada “Mi vida con un perro: te relacionas con gente” me ha llamado la atención. La autora nos
cuenta que al quedarse viuda se sintió sola y depresiva y como, al adoptar un
perro, su vida ha cambiado para mejor. En el artículo se repasan los beneficios de tener un
perro:
- Te hace reír muchas veces al día. Parece ser que las personas que tienen un animal de compañía se ríen más veces al día. Y ya conocemos el poder curativo de la risa.
- El perro incrementa, de forma sustancial, los contactos interpersonales y mejora la vida social. Cuando paseas al perro por la calle las personas se paran y es más fácil entablar conversación.
- Después de un infarto cardiaco el tener perro aumenta la supervivencia según un estudio publicado en 1980. Se ha relacionado además con disminución de la tensión arterial, colesterol y triglicéridos. Desde luego que te obliga a andar más como ya comentamos en una entrada anterior de este blog.
- Los dueños de mascotas tienen mayores interacciones sociales, lo que favorece el intercambio de favores, la participación social, la sensación de tener unos vecinos amigables y el sentido de comunidad. Además disminuye algunos determinantes de la salud mental como la sensación de soledad.
- Los dueños de perros de edad avanzada presentan "significativamente menor insatisfacción con sus estados sociales, físicos y emocionales”.
- En niños se ha relacionado la presencia de animales en casa con menor probabilidad de asma, eczema y menor nivel de ansiedad. En niños autistas se esta investigando las propiedades terapéuticas de las mascotas (NYT)
El artículo
acaba haciendo una reflexión sobre los deberes, obligaciones que conlleva y la responsabilidad
que supone tener una mascota en casa. Antes de adoptar o comprar un perro hay que pensar en los gastos que conlleva, la actividad física que implica, y el tiempo que el animal precisa. Las mascotas no son una panacea para ser tratados como una pastilla que te tomas cuando no te sientes bien. Los beneficios de tener una mascota en casa deben ponerse en relación con las responsabilidades que implica tenerla.
Entrada dedicada a mi amiga Isabel y su perra Rula
1 comentario:
Todos los que tenemos perros hemos experimentado estos beneficios. No concibo mi visa sin uno a mi lado. Lo difícil es convencer a los que no los tienen que, en este país, suelen tener prejuicios que generan actitudes intolerantes. Esto demuestra lo lejos que estamos de la civilizada Europa, en cuyas ciudades los perros y las personas conviven con naturalidad en la mayoría de los espacios públicos.
También me molesta mucho uno de los tópicos que suelen citar los “antiperros”. Siempre que se habla de perros acaban sacando el tema de que los dueños no suelen recoger sus excrementos. Habría que matizar que, efectivamente, hay personas con comportamientos incívicos que no sólo no recogen las cacas de sus perros, también tiran al suelo el chiche y la bolsa de palomitas. Incluso hay personas que no tienen perro que hacen lo mismo con el chicle y la bolsa de palomitas. Y todos conocemos cómo dejan nuestros adolescentes los parques después de un botellón. Pero yo tengo muchos amigos “perrunos” que siempre recogen los excrementos de sus perros.
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