El
pasado día 14 de marzo se celebró el Día Europeo de Prevención del Riesgo Cardiovascular. En mi centro de salud pusimos una mesa informativa que tenía
como objetivo informar a la población de la importancia de los estilos de vida
en la prevención y control de las enfermedades cardiovasculares. A lo largo de
este día las enfermeras estuvieron aplicando una tabla de medición específica
(SCORE) para calcular el riesgo cardiovascular y dando consejos saludables.
En Reino
Unido el Sistema Nacional de Salud ha incluido en su página web una calculadora
que permite medir el riesgo cardiovascular en los próximos años, y te aconseja
sobre qué cambios tienes que implementar en tu estilo de vida. En comparación con
la tabla que utilizamos a diario en la consulta (integrada en la Historia Clinica
electrónica), su calculadora de riesgo me ha llamado la atención que incluye
preguntas sobre tu código postal (por las desigualdades sociales
que existen en riesgo cardiovascular), sobre tu raza, antecedentes familiares de
cardiopatía isquémica precoz, de enfermedad renal, y Fibrilación Auricular.
Todo
ello coincidente con un artículo publicado recientemente en la revista Annals
of Internal Medicine An Analysis of Calibration and Discrimination Among Multiple Cardiovascular Risk Scores in a Modern Multiethnic Cohort. El objetivo
del estudio fue comparar la calibración y la discriminación de las tablas de estimación
de riesgo cardiovascular que se usan en USA y si se sobretrata para prevenir.
Para
realizar el estudio los investigadores realizaron cálculos de riesgo
cardiovascular a un grupo con diversidad racial de más de 4,200 estadounidenses
de 50 a 74 años de edad y que no tenían ninguna enfermedad cardiaca al
principio del estudio. Se compararon las predicciones de riesgo de las
calculadoras con las tasas reales de ataques cardiacos, ACV y otras
complicaciones de los participantes del estudio a lo largo de 10 años. Los resultados
encontraron que, de promedio, cuatro de las cinco calculadoras sobrestimaban el
riesgo de las personas entre un 8 y un 154 por ciento. Los autores concluyen
que la confirmación de los resultados puede tener implicaciones tanto para los pacientes
como para el sistema sanitario. Las tablas que se usan en USA son distintas a las nuestras pero seria conveniente replicar el estudio en nuestro medio.
El problema sobre todo se situaría en pacientes con riesgo intermedio o moderado (probabilidad de riesgo del 7,5 a 10%) que podrían estar sobre tratados con fármacos para prevenir la aparición de una enfermedad cardiovascular.
En
mi consulta diaria uso las tablas de riesgo cardiovascular para decidir tratamientos
hipolipemiantes sobre todo, y para priorizar, informar, educar y motivar a mis pacientes
sobre el riesgo cardiovascular. No tengo datos sobre la frecuencia en que las uso
pero me llama la atención el poco uso que se hace en nuestro país como públicó
en 2013 nuestro compañero del PAPPS Carlos Brotons y colaboradores en la revista
BMC Implementation of Spanish adaptation of the European guidelines oncardiovascular disease prevention in primary care. Menos de la mitad de los profesionales
sanitarios (38%) calculaban el riesgo cardiovascular en más del 80% de sus pacientes con al menos un factor de riesgo
cardiovascular. Este último dato lo he sacado de la magnífica presentación sobre Riesgo Cardiovascular que
hizo Ana Isabel Gonzalez Gonzales en la V jornada PAPPS PACAP celebrada en
Madrid el 20 de noviembre de 2014 y que os aconsejo que veáis (riesgo cardiovascular). La presentación sintetiza muy bien todo lo que hay que saber sobre el tema.
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