Se
ha publicado recientemente el interesante informe científico sobre directrices dietéticas norteamericanas Scientific Report of the 2015 Dietary Guidelines Advisory Committee. Interesante por las novedades
que aporta, y por la influencia que seguro va a tener en las recomendaciones
sobre una alimentación saludable en USA y en otros países. La intención del
informe es proporcionar evidencia científica en temas relacionados con la
dieta, alimentación y salud.
Es muy
difícil leer y resumir lo principal de un informe de casi 600 páginas, pero si se
accede a su división en partes la lectura se simplifica para aquellos muy interesados.
En el capítulo 2 se resume lo mas importante del informe, y se especifican las recomendaciones del mismo tras el análisis de las
pruebas científicas. Resaltaría el párrafo sobre los patrones
alimentarios o dietéticos que creo que resume muy bien lo esencial:
“La
investigación actual proporciona evidencia de moderada a fuerte sobre los vínculos entre los hábitos alimentarios sanos
y menores riesgos de obesidad y enfermedades crónicas, particularmente la
enfermedad cardiovascular, la hipertensión, la diabetes tipo 2 y ciertos tipos
de cáncer. Nuevas pruebas también sugieren que pueden existir relaciones entre
los hábitos alimentarios y algunos trastornos neurológicos y anomalías
congénitas. El total de estudios analizados en el informe identifica que un
patrón de dieta saludable se caracteriza por ser mayor el consumo de verduras,
frutas, granos enteros, lácteos sin grasa o semidesnatados, pescados, legumbres
y frutos secos; moderado en alcohol (solo en adultos); baja en carnes rojas y
procesadas; y baja en alimentos y bebidas endulzadas con azúcar y granos
refinados. Adicionalmente, disponemos de pruebas consistentes que demuestran
que no es necesario eliminar grupos de alimentos o ajustarse a un solo patrón
de dieta para lograr los hábitos alimentarios saludables. Por el contrario, los
individuos pueden combinar los alimentos en una variedad de formas flexibles
para lograr los hábitos alimentarios saludables, y estas estrategias deben
estar concebidas para satisfacer las necesidades de salud de la persona,
preferencias alimentarias y tradiciones culturales. La investigación actual
también demuestra claramente que la actividad física regular promueve la salud
y reduce el riesgo de enfermedades crónicas”.
A destacar el llamamiento que se hace en el informe a los individuos, a las
familias, a las comunidades, a la industria y a los gobiernos para alcanzar y
mantener los patrones alimentarios y los niveles de actividad física necesarios
para promover la salud de la población. A cada uno de ellos van dirigidas una
serie de recomendaciones a seguir.
Para
mayor información sobre las nuevas
directrices dietéticas americanas os recomiendo leer el post del blog el nutricionista de la general que analiza que alimentos “ganan y pierden” valor con las nuevas directrices. Ganan las
frutas, verduras, hortalizas, cereales integrales, lácteos, el café, y los
huevos. Pierden el azúcar, los cereales refinados, los productos cárnicos en general,
la sal y las grasas saturadas.
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