El
año pasado la semFYC publicó el documento semFYC «No hacer» con las primeras 15 recomendaciones de intervenciones
médicas que no hay que hacer en la práctica clínica diaria. Diez
recomendaciones están relacionadas con el tratamiento y cinco con los test
diagnósticos. Esta iniciativa sigue a la que hace unos años elaboró la Alianza
Nacional de Médicos (National Physicians Alliance) de Estados Unidos que puso
en marcha un proyecto denominado Choosing Wisely (Elegir con Prudencia). También
se inspira en el «Do not do» del National
Institute for Health and Care Excellence (NICE) de Reino unido que identifica
algunas prácticas clínicas que recomienda no hacer, ya sea porque no aportan
beneficio, porque la relación entre riesgos y beneficios no está clara o porque
no existe suficiente evidencia para aconsejar su uso sistemático.
En relación con la tendencia a "no hacer", hoy comentamos en el blog un
reciente artículo publicado en la revista The New Yorker “Overkill” que es de obligada
lectura para todos los que queremos conocer las
nuevas tendencias en cuidados médicos ya que reflexiona sobre los cuidados de salud innecesarios y necesarios, y lo que no hay que hacer en la practica clínica diaria . El artículo es extenso pero fácil de
leer, y solo voy a destacar lo principal. El autor, cirujano especializado en
tumores tiroideos, nos habla sobre los cuidados médicos de bajo valor o
innecesarios, a raíz de su lectura del artículo publicado en JAMA Measuring Low-Value Care in Medicare. A través de experiencias personales como médico, y
experiencias de familiares y amigos nos relata el desajuste entre los cuidados
médicos que son necesarios y los que no lo son, y las consecuencias negativas
que pueden traer.
Los
médicos nos acordamos mucho, y queda grabado en nuestro cerebro, cuando nos
equivocamos al no haber pedido a tiempo una prueba diagnóstica, pero no nos
acordamos de las que pedimos y cuyo resultado no nos aporta nada al
diagnóstico. En las últimas dos décadas, se ha triplicado el número de cánceres
de tiroides detectados y operados en los Estados Unidos, pero no se ha reducido
la tasa de mortalidad en absoluto. Se detectan más canceres pero estos son
canceres “tortuga” que no van dar
problemas o son de muy lenta progresión, mientras fallamos en detectar los
cáncer “pájaros” o “liebres” que pueden dar problemas. Todo ello justifica que
haya un movimiento que preconiza con razón que muchas veces “Menos es más: los peligros de demasiada medicina”.
Nos
enfrentamos a una epidemia médica mundial de “sobre realización” de pruebas o
test médicos, de “sobre diagnóstico” y de “sobre tratamiento”. A los médicos se
nos paga por hacer más y no menos, y nos da más miedo hacer poco que hacer
demasiado. Y a los pacientes les pasa igual, prefieren que seamos “generosos”
haciendo pruebas y aplicando tratamientos. El autor nos habla sobre los
comportamientos éticos a la hora de proporcionar los cuidados de salud, y revindica
el papel de una Atención Primaria fuerte a la hora de racionalizar los recursos
existentes.
El
autor del artículo concluye con una reflexión que me parece muy acertada. Quizás
damos mucho cuidado innecesario y estamos obviando el cuidado necesario. No es
suficiente con eliminar el cuidado innecesario. Este tiene que ser remplazado
con el cuidado necesario. Y ahí entra todo lo que podamos hacer, como
profesionales sanitarios, para que nuestros pacientes y nosotros mismos
mantengamos unos hábitos de vida saludables (Decálogo para vivir más, mejor y más feliz). ¿Porque no empezar por dar un consejo de salud en la consulta sobre estilo de vida saludable? Recurso costo efectivo y no usado en todas las ocasiones que deberíamos.
No os perdáis el video de Choosing Wisely
No hay comentarios:
Publicar un comentario