Quizá
podríamos preguntarnos por qué no, si tenemos en cuenta que la mayor parte de
los tratamientos para otros problemas de salud, como la hipertensión arterial,
la diabetes, la hipercolesterolemia, están financiados, a veces incluso
fármacos que aportan poco o nada a los ya existentes.
Si
partimos de cero, lo primero que nos tendríamos que preguntar es si el
tratamiento farmacológico es efectivo: los resultados de ensayos clínicos y metaanálisis nos dicen
que el empleo de los tratamientos de primera línea duplicarían al menos las
tasas de abandono. Pero además de efectiva la intervención en tabaco es muy eficiente,
considerándose la intervención breve una de las actividades preventivas más
coste-efectivas. La intervención sin embargo no se limita a su aspecto
farmacológico, este aumenta las posibilidades de abandono, pero la intervención
es de base conductual.
Con
estas premisas hemos querido saber en el GAT Madrid si la financiación de fármacos para dejar de
fumar, en las condiciones reales de la práctica clínica en Atención Primaria en
nuestro medio, aumenta las tasas de abandono a largo plazo. Una revisión Cochrane
constata que la financiación aumenta el número de intentos de dejar de fumar,
el empleo de fármacos y las tasas de abstinencia, aunque la gran mayoría de
estudios están hechos en aseguradoras privadas, en ámbitos en los que muchas
intervenciones, tanto farmacológicas como no farmacológicas no están financiadas,
no en sistemas públicos de salud como el nuestro. Los resultados de nuestra investigación (proyecto FIS) acaban de ser publicados: Subsidized pharmacological treatment for smoking cessation by the Spanish public health system: A randomized, pragmatic, clinical trial by clusters
El
estudio es un ensayo clínico por conglomerados, esto es, se aleatorizaron los
centros de salud participantes, en dos ramas, una en la que se financiaba
totalmente el tratamiento farmacológico, y otra que seguía la práctica
habitual. La única diferencia entre centros era la financiación del
tratamiento. Fue un ensayo pragmático, es decir, en las condiciones reales de
nuestra práctica: los únicos criterios de inclusión fueron los de indicación de
tratamiento farmacológico, no había visitas formales de seguimiento
protocolizadas, la aplicación de la intervención era proporcionada por los
propios profesionales del paciente, y de manera flexible. Se incluyeron pacientes fumadores de más de
10 cigarrillos diarios (criterio de evidencia para la eficacia del tratamiento)
sobre los que los profesionales intervenían en relación con el tabaco,
estuvieran o no interesados en hacer un intento de dejar de fumar. Participaron
255 profesionales de 23 centros de salud
y 1154 pacientes, 387 en el grupo control y 767 en el de intervención. Las
pérdidas en ambos grupos fueron similares.
El
análisis estadístico del resultado principal se hizo por intención de tratar. Se
realizó un modelo de regresión logística multinivel, teniendo en cuenta el
efecto del conglomerado (el centro de salud) en el resultado. En el grupo de
intervención dejaron de fumar 118 pacientes (15.4%) y 37 (9.6%) en el control.
Acudieron a realizarse la carboximetría 14 (38%) de los abstinentes del grupo
control y 57 (48%) del de intervención,
confirmándose la abstinencia en 12
pacientes del primero (3.1%) y 49 del grupo financiado (6.4%). La OR ajustada
fue de 1.75 (1.1-2.8, IC 95%) para la abstinencia autorreferida y 1.72 (0.7-4)
para la validada, no significativa, en relación con la falta de potencia por la
baja de proporción de participantes que acudieron a hacer la carboximetría.
Otros resultados relevantes fueron el aumento del número de intentos y del
empleo de tratamiento farmacológico en la rama financiada. Los resultados sin
similares a los de otros estudios publicados.
El
estudio tiene sesgos inevitables, dadas las características del estudio, el
diseño por conglomerados, que si bien era necesario para evitar la
contaminación, obligaba a asignar los grupos antes de la captación de
pacientes, lo que también favoreció un reclutamiento menor y más lento en el
grupo control. Pero también tiene fortalezas, sobre todo el carácter
pragmático, la realización en consultas de atención primaria de medicina y
enfermería en las condiciones habituales de la práctica clínica.
Los
resultados contribuyen a confirmar los resultados conocidos de revisiones
previas de que la financiación de los tratamientos aumenta las tasas de
abandono del tabaco a largo plazo, también en un sistema público de salud como
el nuestro. Se trata de una medida que
complementa otras de mayor impacto sobre la prevalencia de fumadores, como el
aumento de precios o los espacios sin humo. La financiación permitiría
normalizar también la intervención en tabaco, que aún se aplica de manera
escasa y heterogénea. No conviene olvidar, sin embargo, que el tratamiento
básico del tabaquismo es de orientación conductual, y el tratamiento
farmacológico un facilitador muy importante, por lo que debemos evitar reducir
el tratamiento a una mera prescripción farmacológica.
Para saber mas ver la entrada del blog "Actualización en el tratamiento del tabaquismo"
Para saber mas ver la entrada del blog "Actualización en el tratamiento del tabaquismo"
Cesar Minue Lorenzo
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